Una reseña original de Laboratorio de médicos

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Cuando hace unos días comenzamos a publicar diversas partes del nuevo libro Laboratorio de médicos. Viaje al interior de la medicina y la industria farmacéutica surgieron, como es normal, las opiniones a modo de comentarios a los post. Quienes comentaban no habían leído el libro y uno de ellos fue un visitador médico que firma sus intervenciones como Marvin Hagler, quizá en honor al boxeador norteamericano campeón mundial de peso mediano. Hagler se mostraba muy agresivo e incluso insultante con el autor del libro por lo que ahora que ha leído la historia y me envía un comentario a modo de reseña del mismo en un tono y con un contenido muy diferente quiero elevar su opinión a la categoría de post.

Para quienes no hayan leído la obra sepan que alude a Nikita, la protagonista principal del libro, una visitadora médico que se rebela contra la multinacional farmacéutica que la tiene contratada al descubrir prácticas de dudosa ética y legalidad:

En primer lugar, enhorabuena. Son por mi reloj las 4:12 h de la madrugada y acabo determinar de leer Laboratorio de médicos. Esto de internet es fantástico, acabo de leer un libro y ahora departo con una de las protagonistas principales. Enhorabuena por tu valentía y tu colaboración en el libro.

Como he escrito más arriba, esta es mi última intervención en este foro. Solo quería dar mi opinión del libro al Sr. Jara. Me ha gustado en un porcentaje alto, por lo que yo sé, está bastante bien documentado y currado. Toca casi todos los aspectos de este negocio, en especial lo concerniente a la visita médica. Si, así son las cosas. Hay gente que le gusta mucho el refranero español y la verdad es que es muy completo y gráfico… Y siempre hay un refrán para cada ocasión. A mí me gustan cada vez más las canciones de Serrat, y calificaría el libro con una frase de una canción que se titula Sinceramente tuyo y dice así: “nunca es triste la verdad… lo que no tiene es remedio”.

Hay dos cosas que no me han gustado, una es la permanente moralina hacia los visitadores médicos. Y no sólo somos trabajadores y muchos muy puteados y en constante conflicto moral. Pero trabajadores. No somos asesinos ni delincuentes. No investigamos los fármacos ni diseñamos las estrategias de las compañías. No todos somos golfos ni malos compañeros.

Por otra parte, no se habla realmente de cómo los médicos incorporan los medicamentos a su Arsenal terapéutico. De cómo es realmente el mapa de los medicamentos que un médico tiene puesto en los pacientes de su consulta. De cómo se decide realmente a usar uno u otro fármaco y de lo que es inducido realmente por un visitador o fruto de su experiencia. De lo desengañados que están con su sistema de salud, que les engaña a diario, que su vocación se diluye en un alto porcentaje con los años. Que no se creen nada de nadie.

Y por último, parece que todo se reduce a dinero/favor y automáticamente se traduce en prescripción. Ni de coña! Da la impresión que cualquier laboratorio minúsculo y con un producto que no aporta nada, sólo tiene que meterle mucha pasta en inversiones… Y milagro, líder del mercado. Que no, que las cosas son más difíciles de lo que parecen. Podemos hablar de legalidad en la promoción, de mentiras a medias, pero por lo general, el líder del mercado suele ser siempre un buen medicamento. En el Vademécum, hay millones de fármacos enterrados, y de muy grandes corporaciones.

Lo dicho, enhorabuena Nikita y enhorabuena Sr. Jara, le duela a quien le duela.

Hasta siempre.

Leer el índice y el primer capítulo del libro