Volvemos a la carga, esta vez con una silla ya pasada de moda y actualizada para la habitación de un niño.
Aquí el antes y el después...
Para realizar este trabajo, lo primero fue lijar y limpiar la silla para después darle tres manos de esmalte acrílico.
El asiento, que era de cuerda, lo deshice, dejando al descubierto la madera interior, que era un contrachapado. No importaba el material, ya que lo forraría y acolcharía.
En este punto tocaba hacer pompones. Hay muchos vídeos explicando cómo hacer pompones en Internet, pero personalmente me quedo con la técnica que aprendí de pequeña. Con las manos.
Hice unos pompones muy desiguales con unas cuerdas más largas que otras intencionadamente, y con la pistola de cola caliente fui pegándolas al asiento.
Con lanas de colores le di, a las patas de la silla y al respaldo, un toque de color y calidez.
Y así terminaba la silla. Renovada, actualizada y con ese toque cálido que aporta la lana...
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Y si quieres ver otras sillas que he hecho pincha aquí y aquí.
Gracias de antemano.
¡Hasta pronto!