Como veréis, la silla es totalmente rústica. La clienta la quería pintada en un tono beig y decapada. Hemos empleado pintura a la tiza, y lijado previamente. No ha sido fácil con tanto torneadito..., pero así aseguramos un mejor agarre de la pintura. La tapicería no nos corresponde esta vez a nosotras. Y bien que lo agradecemos, pues hay que rehacer toda la estructura, desde las cinchas a la gomaespuma, y, aunque alguna vez lo hemos hecho, no es nuestra especialidad. Aquí podéis apreciar lo que cambia la silla pintada en su nuevo color. Realmente parece otra.
No os lo creeréis, pero la parte más bonita de este encargo ha sido lijar para envejecer. El estilo del asiento nos pedía un decapado un poco más exagerado que en sillas de otra estética más depurada o actual.
Así que, ¡por una vez hemos disfrutado de la lija!
Aquí os mostramos el conjunto. La semana que viene esperamos ponernos con el escritorio.
Le hemos propuesto a la clienta esta tela para el tapizado. Es de los retales que vamos guardando de otros trabajos.
¡Esperamos que os guste!
¡Feliz fin de semana!