Se trata de una ambulancia equipada con un escáner, un pequeño laboratorio y un equipo de telemedicina conectado con el hospital. Esta unidad, diseñada por médicos alemanes, viaja hasta las personas que han sufrido un ictus para proporcionarles asistencia lo antes posible. Un pequeño ensayo ha demostrado que esta unidad móvil reduce a la mitad el tiempo transcurrido desde la llamada a urgencias hasta que el paciente recibe tratamiento.
El tiempo es cerebro. Ésa es la expresión que utilizan los médicos, sobre todo los anglosajones, para definir la importancia que tiene una rápida asistencia de las personas que sufren un accidente cerebrovascular (ACV). Sin embargo, "menos del 15%-40% de los pacientes con un ictus llega al hospital lo suficientemente rápido como para recibir tratamiento trombolítico" -el único aprobado para el ACV isquémico-, explican los responsables del proyecto en 'The Lancet Neurology'.
Llevar el hospital hasta ellos, podría ser una buen método para aumentar el número de pacientes que son examinados a tiempo, "una potencial solución para el problema médico de la llegada tardía de la mayor parte de pacientes con ACV al hospital", señala Klaus Fassbender, de la Universidad de Saarland (Alemania), que ha liderado el estudio.
Para comprobar la utilidad real de su unidad móvil, los autores seleccionaron a 100 personas con síntomas de un ACV. A 53 se les asignó la asistencia con unidad móvil y a 47 la asistencia hospitalaria normal. Tal y como habían previsto los autores, el tiempo medio transcurrido desde la llamada a urgencias hasta la recepción de tratamiento fue la mitad en el primer grupo (35 minutos), que en el segundo (72 minutos).
El uso de esta ambulancia equipada también redujo el tiempo entre la aparición de los síntomas y la decisión terapéutica, llevándolo a menos de una hora en el 57% de los pacientes, en comparación con el 4% de los que recibieron la asistencia convencional.
"De acuerdo con el concepto generalmente aceptado de que 'el tiempo es cerebro', una reducción tan grande del tiempo de demora debería traducirse en una mejora de los resultados", señala el trabajo. "Aunque -añade- en los análisis secundarios no se halló diferencia significativa alguna en el número de pacientes que finalmente recibieron tratamiento o en los análisis neurológicos".
"En realidad, no hubo ninguna diferencia evidente en los resultados clínicos después de los primeros siete días", subrayan Peter Rothwell y Alastair Buchan, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), en un editorial. A pesar de esta falta de efectos, los autores de este artículo consideran que este servicio "es factible y puede reducir sustancialmente los retrasos en el tratamiento" por lo que abogan por llevar a cabo más estudios con la unidad móvil.
**Publicado en "EL MUNDO"