Más de 45 millones de estadounidenses, es decir, el 20% de los adultos del país, sufrieron algún tipo de trastorno psicológico el pasado año. De ellos, 11 millones padecían enfermedades graves, según un informe elaborado por el Gobierno de EEUU.
Los adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, tenían la mayor tasa de enfermedad mental con un 30% de individuos afectados. Los mayores de 50 tenían el porcentaje más bajo, con un 13,7%. Estos son algunos de los datos reflejados en un informe elaborado por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Enfermedad Mental (SAMHSA) de EEUU.
La tasa, ligeramente más alta que la obtenida en 2008 (19,5%), refleja un aumento en los casos de depresión, especialmente entre los desempleados, según ha señalado este organismo, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) del país.
"Hay muchos americanos que no están recibiendo la ayuda que necesitan y se están dejando pasar las oportunidades para prevenir e intervenir de forma precoz", ha señalado Pamela Hyde, administradora de SAMHSA, en un comunicado.
"Las consecuencias para las personas, sus familias y la comunidad pueden ser devastadoras. Si no se tratan, los trastonos mentales pueden provocar incapacidad, abuso de sustancias, suicidios, pérdida de productividad y discordias familiares", añade Hyde.
En 2009, el informe sobre la salud mental resalta el impacto de las tasas de desempleo, que han alcanzado el número más alto de destrucción de empleo de los últimos 25 años. Para muchos, la pérdida del trabajo ha significado también la del seguro médico, dejando a muchos pacientes sin tratamiento.