El Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña ha tenido a bien contar con nosotros como ponente en la V Jornada Fisioterapia, TIC y 2.0, el 1 de octubre de 2016 en Barcelona. Es gratificante que una institución profesional de esta magnitud estime que lo que tengamos que decir y aportar pueda ser interesante para los asistentes. Y, como parte de nuestro compromiso, expondremos aquí lo más resaltable de la ponencia.
En nuestra faceta como fisioterapeuta desarrollamos distintas actividades que tienen que ver con el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC). Para los propósitos de esta ponencia hablaremos, en este orden, de la bitácora Fisioterapia, de fisioEducación y del uso de blog y Twitter como herramientas 2.0 en el Prácticum de Fisioterapia.
Sin haber desarrollado una actividad excesivamente prolífica creemos haber dejado patente nuestro parecer y nuestras inquietudes sobre la Fisioterapia, especialmente la española, sus defectos, servidumbres, fortalezas y aspiraciones. También hablamos de cuestiones clínicas, docentes, universitarias o de política sanitaria. Ahí queda, y nos limitaremos ahora a recuperar algunos argumentos centrales. En primer lugar, para nosotros ser fisioterapeuta es también sentirse fisioterapeuta, incorporar ese sentimiento a nuestra identidad personal, hacerlo parte de nuestro autoconcepto. Ello facilitará un segundo aspecto, la reivindicación histórica, como deber y derecho, para ejercer las responsabilidades inherentes a la condición de fisioterapeuta, participar de los proyectos compartidos o en organizaciones representantes de la profesión. Esos dos antecedentes serán sin duda facilitadores a la hora de aspirar al desarrollo de las competencias que el título de grado otorga al profesional, a su autonomía dentro del trabajo interdisciplinar. También propiciarían la superación de complejos y actitudes acomodadas que obstaculizan la consolidación de una profesión que pueda desplegar esas competencias. Finalmente, otra línea argumental de esta bitácora ha sido la demanda de que la formación en el grado sea efectivamente mejor y más amplia que en la diplomatura. No debe dar lugar a vacíos que sean aprovechados por mentes avezadas con estudios posgrado. Además, es hora de que nos planteemos mejoras en la formación, incorporando, por ejemplo, herramientas de enseñanza a distancia, formación virtual o medios sociales que desubiquen el proceso de aprendizaje y que le confieran un carácter de continuidad.
fisioEducación, o fen, es una asociación sin ánimo de lucro, cuyas actuaciones pivotan en torno a su sitio web, creado y mantenido por su presidente, Luis Bernal Ruiz (@bernal_pro), como instrumento de divulgación, para profesionales y público general.
Llegamos al núcleo de nuestra exposición. Desde los inicios de nuestra labor docente como profesor asociado de Estancias Clínicas o Prácticas Externas de la Universidad Rey Juan Carlos, en 2007, mantenemos una estrecha colaboración, trabajando en equipo, con la profesora Gema Gallardo Sánchez (@lasgallardo). Toda la docencia se ha desarrollado de manera consensuada, introduciendo distintas metodologías o acciones que pensábamos podían aportar al proceso de enseñanza-aprendizaje. En este contexto, y ya dentro de la titulación de grado, con alumnos de 4º curso, hemos introducido el uso de Twitter y del blog como herramientas que enriquecieran la docencia en el Prácticum. Partíamos de la experiencia de su uso a nivel personal y dentro de fen. Pero también de la experiencia de otros y de la lectura de distintos trabajos que respaldaban el apoyo en ellos para la docencia en la Educación Superior. Quizás nuestra aportación más significativa es el uso precisamente en un entorno de práctica clínica, no en el académico del aula o la facultad.
En cuando a la puesta en práctica del blog elegimos la modalidad de gestión por parte de los profesores en cuanto a la publicación del resultado del trabajo de los alumnos. Es decir, ellos generaban las entradas, de contenido libre pero relacionado con el Prácticum, con la carrera o con cualquier tema que pudiera ser de interés para los fisioterapeutas. Los profesores hacían una tarea de revisión y procedían a la publicación. En las seis semanas de estancia en nuestro centro debían escribir dos entradas y conocían de antemano los criterios de evaluación de las mismas, recogidos explícitamente en una rúbrica. Los objetivos eran, además de incorporar instrumentos de comunicación y divulgación en el ámbito profesional, el aprendizaje de la herramienta en sí, propiciar una profundización y ampliación en contenidos y experiencias, movilizar la reflexión sobre lo conocido, hecho, visto o vivido; promover una mejor escritura, la búsqueda, interpretación y selección de información; la identificación de fuentes fiables, su referenciación; la incorporación de elementos multimedia; la capacidad de justificación en clave dialógica ante posibles comentarios a sus entradas; el establecimiento potencial de contactos; y, quizás lo más importante, favorecer e impulsar el cuestionamiento, la crítica y la transformación fruto de todo lo anterior.
Previa en el tiempo fue la incorporación de Twitter. Publicamos una entrada en fisioEducación con un análisis de lo que fue el comienzo de la misma. Constatamos, a través de encuesta previa, que nuestro alumnado no ha tenido un perfil especialmente tuitero. Aunque dos tercios tenían cuenta en el medio, más del 80% eran, si acaso, consumidores pasivos. Esto no ha sido, sin duda, un buen caldo de cultivo en la experiencia. Pero, como en el caso del blog, había bases para implementarlo: una extensa literatura que lo respalda y el conocimiento de otros ensayos en la utilización de Twitter en Fisioterapia, como el de la doctora Raquel Chillón.
Dos cuestiones que queremos señalar. Primero, la puesta en marcha de estas y otras iniciativas ha de tener un objetivo, no responder a una moda. Y segundo, la obligatoriedad o no de la participación puede condicionar la misma. En nuestra opinión, y según algunas lecturas, los alumnos no se mostrarían proclives hacia la realización de un trabajo adicional si no tiene como contrapartida su reflejo en la nota.
La valoración de los estudiantes ha sido dispar. Mientras de dos tercios de los que nos han contestado a una encuesta anónima y posterior a su estancia en el hospital considera que el uso del blog ha sido útil, “sólo” el 54% de los mismos opinaba igual de Twitter. Nuestra valoración, aunque eso sea quizás lo que menos cuente, es que son instrumentos válidos de aprendizaje en el marco del Prácticum, en el que la experiencia se ve reforzada por un esfuerzo cognitivo sincrónico y posterior a la misma. Contribuyen al aprendizaje experiencial, significativo, contextualizado. La valoración desde el ámbito académico ha sido, por decirlo de alguna manera, poco entusiasta.
Para terminar, casi como alegato, nos gustaría decir dos cosas. Primera, la herramientas comentadas aquí son lo de menos. En el mundo 2.0 impera el dinamismo y lo moderno hoy queda caduco mañana. Lo sustancial es el interés en la innovación como favorecedora del cambio y la mejora. Y segunda, el Prácticum es una asignatura, como poco, importante, y la de más carga de créditos ETCS en el Grado de Fisioterapia. A veces parece que no tiene esa consideración en el mundo de la academia. Su naturaleza de asignatura integradora parece aconsejar un reconocimiento. Y los tutores y profesores asociados merecen también consideración, máxime cuando a veces no tienen contraprestación. Creemos firmemente que otorgar al Prácticum su valor redundará en una formación mejor y más completa de los futuros fisioterapeutas. Ese es el interés que nos une a todos, ¿verdad?