En una Investigaciónpresentada en el Congreso Europeo Multidisciplinario del
Cáncer en Estocolmo, científicos del
Hospital Universitario de Lovaina, en Bélgica estudiaron el desarrollo mental y de salud de
los niños nacidos de madres tratadas por cáncer durante el embarazo y hallaron
que no se vieron afectados por la quimioterapia, pero sí nacieron
prematuramente, ya sea por parto natural o inducido. Los datos sugieren que los
niños sufren mucho más por ser prematuros que por la quimioterapia prenatal.
Esto muestra que no hay necesidad de que las pacientes con cáncer que estén
embarazadas aborten o retrasen el tratamiento más allá del primer trimestre y se debe evitar inducir un parto prematuro
siempre que sea posible. Alrededor de 2.500 a 5.000 embarazadas en Europa son
diagnosticadas con cáncer cada año, un diagnóstico que es doblemente traumático
ya que a las futuras madres les preocupa que la enfermedad o el tratamiento
pueda dañar al feto, ese consejo es equivocado si la quimioterapia se
administra después de las primeras 12 o 14 semanas de embarazo. Sólo una
fracción de la quimioterapia pasa a través de la placenta y llega al feto y los
fármacos parecen no tener impacto en el desarrollo del bebé. Entre los 70 niños
nacidos de 68 embarazos incluidos en el estudio, aproximadamente dos tercios
nacieron antes de la semana 37 de gestación. Las tasas y tipos de defectos
congénitos entre los bebés fueron similares a los de la población general, al
igual que el crecimiento, la salud general y el desarrollo. Los investigadores
tampoco hallaron anormalidades cardíacas. Sin embargo, el número de mujeres
queparticipo en el estudio espequeño y el seguimiento fue relativamente
corto, el plan del equipo es estudiar a un número mayor en futuras
investigaciones. Aun no se conocen las
consecuencias completas a largo plazo de la quimioterapia prenatal, incluido su
efecto en la fertilidad de los niños y la posibilidad de que desarrollen un
cáncer cuando sean mayores.