La vitamina C intravenosa es un adyuvante
terapéutico en el cuidado del paciente crítico ya que regula genes
proinflamatorios asociados al factor de transcripción NF-kappaB e inhibe la
cascada de citoquinas responsable de activar y secuestrar neutrófilos
pulmonares, protegiendo de este modo a los capilares alveolares del daño
inflamatorio, además, aumenta el clearance de fluido alveolar aumentando la
expresión del canal transportador de agua En el contexto de pandemia por coronavirus el mayor
estudio randomizado realizado hasta la fecha sobre vitamina C intravenosa demostró
una reducción de la mortalidad del 16.5% en los pacientes tratados: El
tratamiento permitió en promedio 2.5 días menos de asistencia respiratoria
mecánica, 3.2 días menos de terapia intensiva, y 6.7 días menos de internación
hospitalaria que el grupo placebo. Si bien no se reporta una reducción en la
mortalidad comparada, la vitamina C demostró reducir el tiempo de intubación
hasta un 25% así como la necesidad de fluidos y soporte vasopresor, sin
reportar efectos adversos. La vitamina C intravenosa, incluso si se aplica
luego de iniciar la asistencia respiratoria por membrana extracorpórea, induce
una mejoría sintomática y radiológica entre las 24 y 48 horas posteriores a la
primera dosis y una buena evolución al alta, sin constatarse complicaciones
fibróticas durante el seguimiento, reduciendo la mortalidad en más del 30% y 50% reduciendo además
el requerimiento de soporte vasopresor en pacientes críticos tratados con una
combinación de vitamina C, hidrocortisona, y tiamina, en comparación con
pacientes tratados de forma convencional. En conclusión, la infusión
intravenosa de altas dosis de vitamina C con o sin corticoides ha demostrado en
numerosos estudios reducir la mortalidad, el tiempo de intubación, el tiempo de
permanencia en terapia intensiva y el tiempo de internación general, sin
efectos adversos de relevancia en lo pacientes con covid19.