Un estudio, de la Universidad de Alabama en Birmingha publicado
hoy en Nature Medicine descubrió que
cuando un paciente toma verapamilo, se conserva la función de la célula beta,
lo que permite que el cuerpo produzca más de su propia insulina, limitando su
necesidad de inyecciones de insulina para equilibrar sus niveles de azúcar en la
sangre. El ensayo clínico de verapamilo monitoreó a pacientes de 18 a 45 años,
cada uno en el transcurso de un año. Unos pacientes recibieron verapamilo y otros
placebos. A todos los participantes en los ensayos clínicos se les diagnosticó
diabetes tipo 1 tres meses antes del inicio del ensayo y continuaron con la
terapia con bomba de insulina prescrita durante todo el estudio. Los
investigadores controlaron la dosis diaria total de insulina del placebo y del
grupo de verapamilo, la cantidad de insulina producida, el cambio porcentual en
la producción de insulina y sus niveles de HbA1C. Además, se registró el número
de episodios de hipoglucemia que experimentaron los pacientes y se analizó el
porcentaje de tiempo que cada paciente registró en rangos de glucosa en sangre
sanos utilizando un sistema de monitorización continua de la glucosa. Los
resultados de este ensayo afirman que estamos entrando en una nueva fase en lo que se refiere a esta enfermedad. El próximo
paso es probar esta terapia en niños.