Son decocciones de diferentes partes de las plantas, pues pueden incluir hojas, raíces, flores, semillas, etc… Así como utilizarse en su estado natural o desecadas.
Además de sus efectos beneficiosos en la salud, encontramos en ellas ventajas añadidas como:
- No contienen aditivos.
- Son una forma sana de ingerir líquidos.
- Se pueden preparar en casa mezclando plantas y experimentando con los sabores.
- Se pueden añadir cítricos, trozos de cáscaras, o especias como el jengibre, la pimienta o el clavo, que aromatizan y proporcionan diferente sabor, además de aumentar las propiedades de la infusión.
Las infusiones pueden constituir una alternativa al té o al café si los tenemos contraindicados en la dieta.
A continuación detallamos las propiedades de las plantas más habituales para realizar infusiones. Todas ellas de fácil adquisición en tiendas y herbolarios.
Pueden mezclarse plantas o sus diferentes partes en función del efecto terapéutico y medicinal que queramos lograr.
Manzanilla. De propiedades relajantes, podemos tomarla antes de acostarnos para inducir el sueño. También favorece el alivio del estrés y el trastorno de ansiedad. Estimula el apetito y colabora en la digestión.
Hinojo. Posee un sabor anisado. Está indicada para tratar la sensación de hinchazón y también actúa en el alivio de las náuseas, la indigestión y los vómitos.
Menta. Su principio activo es el mentol. Actúa como estimulante y es un buen complemento para mezclar con otras plantas. También está indicada para contrarrestar los efectos de gases, náuseas y vómitos.
Romero. Es una hierba aromatizante que posee muchas propiedades. Sobre todo se utiliza para tratar el dolor de cabeza. Actúa contra los resfriados y el reumatismo. También tiene propiedades digestivas.
Tomillo. Es muy beneficioso en el fortalecimiento de las defensas. Tiene importantes propiedades antibacterianas y antisépticas indicadas para el tratamiento de la tos y el dolor de garganta mediante gárgaras. También como alivio del resfriado.