Una de las frutas características del invierno es la uva. Rica en agua (80%) y en azúcares, (hasta un 16% aproximadamente), razón por la cual se ganó en su día una supuesta mala fama, sobre todo en algunos regímenes para adelgazar que, junto a los higos y el plátano, recomendaban evitar estas tres frutas. Pero los tiempos han cambiado y las recomendaciones en nutrición también...
Gracias a la acción de la glucosa (azúcares) y las vitaminas que contiene, la uva es muy aconsejable en casos de fatiga, anemia y estrés físico (atención runners) y mental, (siendo una fruta ideal para los niños, estudiantes, jóvenes y personas de la tercera edad).
Su gran cantidad de sustancias antioxidantes (resveratrol, flavonoides y taninos, entre otros) refuerzan las defensas de nuestro organismo y contribuyen a retardar el envejecimiento. Pero eso no es todo:
La presencia de resveratrol la convierte en una fruta con propiedades para prevenir ciertas dolencias. (El resveratrol tiene propiedades antiinflamatorias y tiene efectos sobre el metabolismo de los lípidos. Protege al corazón al reducir el nivel de colesterol, además de sus propiedades antioxidantes).
La gran cantidad de agua y fibra que contiene la convierte en una fruta muy depurativa ( ideal para dietas détox).
Ayuda a combatir el estreñimiento (es recomendable comerla sin pelar y con pepitas).
Las uvas no son perjudiciales si no se toman en exceso. Solamente deben evitarlas, (debido a su alto contenido en glucosa), las personas que tengan problemas de diabetes, o por recomendación médica.
¿Y vosotros? ¿Os gusta la uva? ¿Cómo y cuándo soléis tomarla? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!
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