Hace unos días regresé de unas preciosas vacaciones en Argentina. Estuvimos en la ciudad de Buenos Aires y también en la Patagonia, en Río Gallegos, mi ciudad natal. Está ubicada bien al sur argentino, en la ante última provincia. Como saben las distancias en mi país son muy amplias, por lo que de una ciudad a otra se tarda unas tres horas en avión. Desde Buenos Aires a Río Gallegos hay 2.541 kilómetros. Ni más ni menos. Pero los que somos de allí estamos acostumbrados y todo nos parece más cercano de lo que realmente es.
Gracias a la época del año, ahora están en invierno allí, he podido sacar maravillosas fotografías que quiero compartir con ustedes.
En Buenos Aires nos alojamos junto a nuestra familia en una casa de fin de semana maravillosa. Una súper piscina que no hemos podido usar, pero con un inmenso parque en donde se dejaba ver el paso del otoño. Ideal para tomar miles de fotografías. Ah, y lo mejor del sitio: una espacio bien amplio para organizar eventos y en donde el protagonista es la parrilla (barbacoa). Allí nos hemos deleitado con unos sabrosos asados. No puedes irte de Argentina sin probar el típico asado.
También pude recorrer las calles de la ciudad y reencontrarme con aquellos aromas bien tradicionales de la ciudad. ¡Qué lindas sensaciones! Un café. Mi cámara de fotos. Y un poco tiempo para perderme en las librerías de la calle Corrientes. Debo confesar que tuve que hacer un lugarcito en mi maleta para traer conmigo algunos libros.
En Buenos Aires el invierno se sentía tímidamente en el cuerpo, pero en la Patagonia nos recibió un manto blanco de nieve. El camino desde el aeropuerto hacia la casa de mis padres era una postal. Todas las calles nevadas y nosotros con la cámara en la mano cual turistas extranjeros. Hacía unos años que no iba en invierno, por lo que me ha encantado estar allí en esta época del año. La ciudad tiene otro encanto y se puede disfrutar de otra manera. En la inmensidad de la Patagonia, puedes encontrar con sitios que son postales verdaderas. Y los atardeceres en invierno tienen un brillo especial. Pudimos apreciarlo mientras caminábamos por el estuario de Río Gallegos, y claro que no parábamos de tomar fotografías del lugar.
Estas vacaciones nos lo hemos pasado a lo grande. Eventos familiares por doquier. Bautismos y reuniones con amigos. Hermosos momentos que nos han hecho sentir muy felices.
Aquí os dejo una selección de fotos que he preparado para mostrarles un poquito de este hermoso viaje y también dos de mis outfits preferidos junto a Odd Molly (Abrigo blanco y rojo de algodón y camiseta en color nude, súper chic) y a The Wandering Collective (Blusa de color fucsia, pantalón blanco y zapatos Modigliani). Me encantan.
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