Carreras, cambios, pruebas, retoques… Debutar en una pasarela nacional trae consigo un estado de nervios que se disipa cuando el creador sale a saludar al final de su desfile.
Y Cristina Piña, diseñadora de la que ya hemos hablado en otras ocasiones en Solo Moda, salió feliz y sonriente, con el aplomo de quien sabe que ha hecho un gran trabajo reconocido entre las mayores ovaciones de la fashion week.
Ovaciones para salidas espectaculares y cuidadas hasta el mínimo detalle en looks de una calidad impecable en el corte y la manufactura.
Los looks inspirados en la mítica playa brasileña de Copacabana nos impactaron aún habiendo visto de cerca el proceso creativo de la diseñadora horas antes de su desfile, en nuestra visita especial al backstage.
En la intimidad del vestuario, Cristina nos comentaba como la playa está presente en cada pieza de la colección: “En los estampados que recuerdan las baldosas del paseo marítimo, en las lentejuelas que evocan el brillo de la luna sobre las aguas tropicales…”
Para comprobarlo, pudimos palpar las espléndidas georgettes de seda de sus túnicas, apreciar el brillo achampanado de las paillettes de sus faldas y observar de cerca los detalles con semillas de aiça de los cuellos y las espaldas de sus tops cosidos a mano.
Tamopoco pudimos resistirnos a admirar las sandalias de Fosco y la joyería artesanal de plata bañada en oro que remataba los turbantes de las modelos.
Ya sobre la pasarela, el esplendor de Copacabana fue máximo gracias al insinuante caminar de las modelos sobre el lago del Ágora de Valencia Fashion Week.
En Solo Moda creemos que Cristina Piña está llamada a ser una de las grandes de la moda española. Ahí queda nuestro pronóstico… Pero viendo estas imágenes resulta difícil discrepar, ¿verdad?
Imágenes: Luis Muñoz y Lucía Pardavila