"Sin la ayuda y el soporte de la empresa privada, la labor de investigación en España sería imposible". Valentín Fuster lo sabe muy bien. El cardiólogo, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York, explica que la ciencia necesita que la empresa privada se involucre. José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, asiente: "La empresa tiene una obligación social que cumplir". Ambos han robado un hueco a su jornada para dialogar para EL PAÍS sobre el futuro de la investigación cardiovascular y la importancia de la prevención. "El I+D es fundamental, y el reto es unir a la empresa pública y la privada para avanzar en este campo", argumenta el cardiólogo.
Ambos forman parte del patronato de la Fundación Pro-CNIC, entidad creada en 2006 para apoyar la labor de investigación del CNIC, y de la que forman parte 13 instituciones y empresas españolas (Telefónica, El Corte Inglés, Grupo Santander, La Caixa, Acciona, BBVA, Gas Natural, Inditex, Endesa, el grupo PRISA, Abertis, Mutua Madrileña y Repsol-YPF). Una ayuda sin la que Fuster asegura que no hubiera dado el paso de volver a España desde EE UU (ahora vive a caballo entre Madrid y Nueva York) para ponerse al frente del CNIC, el que hoy es centro de referencia de las investigaciones cardiovasculares en España. "La ayuda de la empresa privada da a los proyectos una continuidad a lo largo de los años. Tenemos la suerte de vivir en un país democrático, y como tal, los Gobiernos cambian. La investigación, en cambio, es un objetivo a muy largo plazo y la aportación de la empresa privada permite que permanezca constante y quede al margen de las variaciones políticas", sostiene Entrecanales. "Sí, eso nos da continuidad y seguridad. No te lanzas a un océano donde las aguas son cambiantes", añade Fuster.
Y en una época particularmente difícil, de grandes recortes económicos, el papel de la empresa privada como uno de los soportes de proyectos como el que se desarrolla en el CNIC es vital, destacan. "En situaciones difíciles, la empresa tiene que elegir, y este proyecto es prioritario. Es de los que más impacto social reporta", dice Entrecanales. El CNIC desarrolla investigaciones sobre prevención y diagnóstico previo para evitar afecciones cardiovasculares, actualmente, la principal causa de muerte por enfermedad en España. "Y enfermedades cardiovasculares son el corazón y el cerebro", apunta Fuster. Los costes relacionados con estas patologías son más de 9.000 millones de euros al año, 192.000 en toda la UE.
La epidemia cardiovascular sigue su avance ayudada por el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión. Un coste social y económico que se puede prevenir. Y esa prevención, junto con la investigación de las causas y las soluciones, ha sido unas de las batallas de Valentín Fuster. "En el fondo, la palabra prevención tiene un contexto negativo", sonríe el cardiólogo, "estás previniendo algo que es malo, así que lo que tenemos que hacer es promover la salud. La población debe vivir buscando más salud".
Para complementar el trabajo de investigación e integrar la ciencia en el terreno de la prevención, la Fundación Pro-CNIC firmará hoy un convenio con la Fundación SHE -siglas en inglés de ciencia, salud y educación-, una institución creada por Fuster, y de la que forman parte personalidades como Javier Solana e Isak Andic. Del acuerdo, nace la iniciativa Vive, para mejorar la salud cardiovascular mediante la investigación y la promoción de hábitos saludables. "Los mecanismos de prevención deben evaluarse científicamente, como hipótesis. Ver cómo funcionan y cómo pueden ayudar, y eso tiene que hacerse a través de la investigación", explica Fuster.
"El ciudadano sabe que la salud es importante, pero la sociedad le lleva hacia la enfermedad", explica el cardiólogo. Su receta para llevar una vida más sana no dista mucho de la que da Entrecanales: "Ejercicio cardiovascular y comer de una forma moderada".
**Publicado en "El Pais"