Vamos a hablar de métrica

Por Lasnuevemusas @semanario9musas
En estos artículos sobre poesía vamos a hablar de métrica, pero no se me asusten porque intentaré tratar sobre todo de armonías y en lo posible no ser demasiado técnico.

La métrica nos da explicaciones de por qué algo suena o no con armonía, y no hay que considerarla como una imposición, sino como el estudio de unos modelos fónicos y rítmicos de cómo suena un poema.

Por eso no pongamos el carro (la métrica) por delante del caballo (el poema); ahora bien, si el carro no desliza suavemente, el poema renqueará, avanzará a trompicones y no podrá seguir el ritmo previsto del camino.

Si hablamos de poesía como género, antes hemos de intentar definirla o cuanto menos aclarar un poco qué se cobija bajo su nombre. Una obra poética es la suma de continente (formato) y contenido (tema). El continente debe de tener cierto ritmo fónico para ser un poema, si no lo tiene, estamos hablando de prosa, que si tiene un contenido lírico la llamamos "prosa poética". Esta distinción es muy importante y, antes de entrar en tecnicismos, distinguiremos ese ritmo recitando o escuchando el poema. La poesía nació oral en la antigua Grecia y esa oralidad sigue siendo muy importante en la recepción de un poema. No todo vale, y por cortar en renglones un texto de prosa, por muy estético que quede, no se convierte milagrosamente en poesía; todo lo más es un experimento estético que no supera la prueba del algodón del recitado. Ya sé que no todo el mundo comparte este criterio, pero creo que es importante poder acotar con nombres cada uno de esos géneros. Además, llamar a algo "prosa poética" no desmerece en absoluto la calidad que pueda tener.

Concretando, ese formato poético se materializa en finales versales similares (rimas asonantes o consonantes), finales libres (poemas blancos), longitudes silábicas versales similares (versos isométricos), longitudes versales distintas pero armónicas (versos polimétricos) o cuando hay ausencia generalizada de similitud en los finales y de armonía versal en lo que se llama versolibre. Respecto al versolibrismo se ha hablado mucho, pero nadie ha sabido definirlo claramente. Está claro que si el poema no se sustenta en un ritmo o esquema fónico debe sustentarse en algo para distinguirlo de la prosa y se habla entonces de imágenes poéticas (lirismo), figuras retóricas, o a veces de únicamente un efecto estético de visión de lo escrito. En este aspecto, entramos en una discusión que conlleva mucha subjetividad y que puede sostenerse únicamente en el subgénero lírico, que como veremos a continuación es uno de los muchos para clasificar los contenidos, ya que en los otros subgéneros poéticos, al menos para mí, sin ritmo no hay poema en verso y, como he dicho, deberíamos calificar el texto como prosa poética. Por si queréis saber cuáles son mis preferencias, en mi blog " La palabra es mágica " llevo publicados a casi 200 poetas que me gustan, en la mayoría de formato métrico, pero con algunas incursiones al buen verso libre.

Estos artículos no tratarán de contenidos, sino de continentes. No obstante, ya que hemos citado al género lírico como condición necesaria para el versolibrismo, y con todas las reservas porque las fronteras son difusas y hay muchos territorios compartidos, podemos enumerar como géneros poéticos: el lírico, el épico, el dramático, el humorístico, el satírico, el histórico, el popular, la copla, el elegiaco, la écfrasis (descripción de un objeto artístico), el metapoético (que trata de la poesía o la literatura), el gnómico (que compone sentencias o normas de moral), etc.

Sirva lo anterior como introducción y en el siguiente artículo trataré de paralelismo de la poesía con otras artes y de si el conocimiento de las normas (la métrica en este caso) es necesario o no lo es, hasta para poder saltárselas.