Vegetaciones: qué son, síntomas y tratamientos

Por Gabriel Giner @esaludcom

Las vegetaciones son una de las múltiples afecciones que afectan a nuestra faringe, mayormente conocidas en la terminología médica como adenoides. Figuran como una de las enfermedades más comunes que logran afectar esta zona, considerando que muchos la han experimentado alguna vez. Y es que, si bien se trata de una enfermedad leve en cuanto a sus síntomas se refiere, también se caracteriza por ser bastante contagiosa y repetitiva.

En la gran mayoría de los casos, suele ser una enfermedad autolimitada o, como mucho, suele requerir el uso de antibióticos. Todo depende de cuál sea el microorganismo causante de su aparición. Hoy te ofrecemos la información más esencial sobre esta enfermedad para que así puedas aprender lo justo y necesario acerca de las vegetaciones.

¿Qué son las vegetaciones?

Las vegetaciones se caracterizan por ser un crecimiento anormal del tejido linfoide. Este se ubica principalmente en el fondo de la nariz, zona a la cual se le denomina como rinofaringe. Cabe destacar que, en el ámbito médico, se le conoce mejor como hipertrofia adenoidea o adenoides. 

En lactantes y niños pequeños, la aparición de este tipo de tejido se podría considerar como algo normal. A medida que pasan los años, va desapareciendo poco a poco disminuyendo su tamaño.

La razón de su existencia es que, su función principal, es la de retener y captar sustancias que pueden llegar a ser nocivas para nuestro organismo. Tal es el caso de ciertas bacterias, virus o alérgenos que se pueden hallar en el polvo de nuestras casas, en el pelaje de nuestras mascotas, entre otras sustancias más. 

En condiciones normales, este tejido linfoide debería cumplir con sus funciones sin la necesidad de hipertrofiarse. Sin embargo, cuando existe un desequilibrio importante en nuestro organismo, es cuando estos agentes externos dan lugar a las populares vegetaciones.

¿Qué las causa?

Se sabe muy bien que la aparición de vegetaciones hasta cierto punto puede ser considerado como algo normal o fisiológico. Aun así, lo cierto es que cuando existe un aumento de tamaño o hipertrofia en estas estructuras, deja de considerarse como tal.

Este cambio notable de tamaño puede estar dado, como veníamos diciendo anteriormente, por gran cantidad de agentes externos que pueden alojarse en este tejido linfoide.

Enfermedades comunes como la rinofaringitis, la amigdalitis, los catarros y otras parecidas, son las que se asocian con mayor frecuencia a la aparición de las vegetaciones.

¿Qué síntomas producen?

Las manifestaciones clínicas que podemos llegar a experimentar en las vegetaciones tienen lugar una vez que estas empiezan a obstruir la vía aérea superior. No es sino hasta ese punto, cuando podremos empezar a evidencias los siguientes síntomas:

  • Cambios en la respiración: sobre todo en niños pequeños donde las vías aéreas son de menor calibre y lo primero que se puede notar es que la nariz del niño estará taponada. En tal sentido, el flujo de aire se verá entorpecido, haciendo que sea necesario respirar por la boca para suplir la demanda de oxígeno.
  • Mucosidad nasal excesiva: debido a la irritación en el tejido linfoide involucrado ocasionada a su vez por agentes externos.
  • Ronquidos y apneas: las personas con vegetaciones suelen roncar mucho durante la noche. Esto depende de qué tan inflamadas se encuentren dichas estructuras. En situaciones más severas, dependiendo del caso, pueden llegar a presentarse pausas en la respiración, lo cual se le conoce como apnea del sueño. Esto es algo fácil de identificar en niños, donde lo típico es que en las noches estén inquietos por la dificultad que tienen para dormir y por el día se hallen cansados.
  • Dificultad para tragar: conocido como disfagia en la terminología médica. Esta dificultad para deglutir aparece por el aumento de tamaño excesivo del tejido linfoide del que hemos venido hablando. Abarca tanto espacio, que al momento de ingerir alimentos podemos notarlo como una molestia o una resistencia que no debería estar allí.

  • Aumento de las infecciones: la misma acumulación de las secreciones, y la dificultad para drenarlas impide que el aire pueda circular con normalidad por las vías aéreas superiores. Esto es un factor de riesgo importante para la aparición de otras enfermedades como puede ser el caso de la tos u otras infecciones respiratorias como la sinusitis, la faringitis y la otitis.
  • Alteración de la audición: cuando la infección producida por las vegetaciones avanza lo suficiente, esta puede llegar a abarcar nuestro oído medio a través de la trompa de Eustaquio o trompa faringotimpática. De allí que, el aumento de secreciones a este nivel, puede ser el causante de la aparición de la dificultad para escuchar.

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico de esta enfermedad es fundamentalmente clínico y, rara vez, es necesario complementar con estudios de laboratorio o rayos X.

Esto quiere decir que el médico puede lograr una valoración con tan solo interrogar un poco acerca de los signos y síntomas que has venido presentando. La información se complementa con un buen examen físico, pudiendo obtener los criterios suficientes como para diagnosticar esta enfermedad.

La solicitud de exámenes sanguíneos o de radiografías sulo están indicados en casos muy excepcionales donde la severidad de los síntomas es peor de lo esperado.

¿Cómo se tratan?

Por lo general, las vegetaciones casi nunca suelen necesitar algún tratamiento en específico. Esta patología, en la gran mayoría de los casos, suelen ser autolimitadas. Es decir, que se curan por sí mismas, siempre y cuando la persona en cuestión posea un sistema inmune indemne.

Sin embargo, dependiendo de cuál sea el agente infeccioso implicado y, sobre todo, de la severidad de los síntomas, puede llegar a ser necesario el uso de ciertos medicamentos como antibióticos, corticoides tópicos nasales, entre otros.

Ello dependerá en gran parte de qué tan grave sea la inflamación del tejido y, por lo tanto, de qué tan severa sea la obstrucción de la vía aérea.

Actualmente, tras muchos estudios realizados sobre esta enfermedad, la mayoría de los especialistas han estado de acuerdo en que la resección quirúrgica de las vegetaciones debe ir dejándose a un lado. En su lugar, es preferible explorar otras alternativas terapéuticas menos invasivas.

A pesar de ello, hoy día esta alternativa sigue siendo una opción viable cuando los problemas obstructivos causados por las vegetaciones son de gravedad. Su tratamiento puede otorgarle una mejor calidad de vida a la persona.

¿Qué puedes hacer para prevenirlas?

Al tratarse de una enfermedad tan común, poco o nada puedes hacer para prevenirla. Y es que, el crecimiento de estas vegetaciones, depende de factores externos que para nada podemos controlar.

Lo que sí que podemos controlar son los factores internos, como lo es el hecho de fortalecer nuestro sistema inmune mediante una buena alimentación, la realización de ejercicios y demás. De este modo, es posible enfermarse cada vez con menos frecuencia y, en caso de enfermarse de forma inevitable, los signos y síntomas concurrirán de manera mucho más leve de lo habitual.

Asimismo, el mantener unas normas de bioseguridad básicas, puede evitarnos la incómoda situación de tener que experimentar cuadros catarrales, tos, faringitis, rinofaringitis, amigdalitis, o cualquier otra enfermedad respiratoria que pueda dar paso a la aparición de vegetaciones.