Hace tiempo que no visitamos un mercadillo de nuestra ciudad, entre otras cosas porque, dos de ellos, a los que éramos asiduas, han sido declarados ilegales... Tan solo queda, pues, uno de antigüedades y cosas vintage, pero se celebra los jueves por la mañana, y las dos trabajamos en ese horario... Lo cierto es que echamos mucho de menos nuestras "intrépidas" jornadas de compras, por lo visto, al margen de la ley..., así como los pequeños tesoros que conseguíamos, bien para la tienda, bien para nuestras casas. Y de entre ellos, los más añorados son las pequeñas tablitas pintadas con flores, paisajes, incluso románticas damiselas... Ya hemos comentado en otras ocasiones lo versátiles que resultan; lo mismo las puedes colgar en una pared, apoyar en una estantería o , y de esto va el post de hoy, aunque no lo parezca, en un caballete de mesa. Hemos descubierto, en estos pequeños auxiliares, otro elemento de lo más veleidoso, por su fácil movilidad y el juego decorativo que permiten, además de ser la pareja perfecta de nuestras pinturas y tablitas. Foto Foto Foto Foto ¿Tenéis algún pequeño caballete como complemento decorativo por casa?