1. Fáciles de usar. Incluso en los casos en los que se siguen los múltiples vídeos de Youtube, a modo de tutoriales, para conseguir el look perfecto y deseado, el resultado no acaba de ser el mismo sino se recurre a una peluquería y esto puede ser un gasto considerable si hay que ir a menudo. Con los cepillos de aire ha llegado la solución perfecta para quienes quieran lucir un pelo siempre perfecto sin mucho esfuerzo y sin tener que ser muy hábil. Tan sólo hace falta pasarlo por el cabello húmedo y el mismo cepillo ya se encarga de hacer el resto peinando y alisando al mismo tiempo.
2. Ocupan muy poco. Pasa en cualquier viaje, incluso en los que se sabe que se contará con un secador, más bien de pega, que lejos de secar lo único que hace es encrespar el pelo y perder un tiempo valioso. Siempre hay que echar en la maleta unos cuantos aparatos para conseguir lucir el pelo como habitualmente y éstos ocupan espacio. Con los cepillos térmicos sólo hay que contar con tenerlos a ellos a mano para que en todas las fotografías se muestre el mejor de los looks. Así, se deja espacio para otras cosas. Incluso se pueden llevar en el mismo bolso, por si hay que hacer algún retoque.
3. Se necesitan sólo unos minutos. Hay que tener presente, además de lo ya mencionado, que este tipo de cepillos eléctricos tan sólo precisan de unos minutos para que los resultados sean impecables. Y, además, se pueden emplear en cualquier momento y lugar.
4. Siempre con la temperatura adecuada. Para quienes no estén familiarizados con este artículo no han de preocuparse por el daño que pueda sufrir el cabello pues cuentan con termostatos que hacen que la temperatura siempre sea la adecuada.
5. Precio económico. Los hay para todos los gustos, pero se puede adquirir un cepillo de aire por algo menos de 30 euros y si se compara con lo que costaría ir a la peluquería, se puede ver que es una pequeña inversión que, en poco tiempo, ya sale rentable.
Eso sí, como con todo, si se abusa de su uso el pelo puede resultar algo dañado. Por este motivo siempre es aconsejable contar con protectores del calor para el mismo. Pero, ¿qué más se puede hacer para el cuidado del cabello?
➤ La nutrición. Es importante en cualquier época del año, pero invierno más si cabe. El pelo está expuesto constantemente a una climatología adversa que hace que se reseque y es habitual que se empleen más herramientas para un secado rápido que durante los meses de calor. No hay que olvidar, por esto, el emplear al menos dos veces por semana una mascarilla apropiada. En el mercado se pueden encontrar para diferentes tipos de pelo, incluso para los que han sido teñidos y los resultados son visibles desde el principio.
➤ No hay que abusar del agua caliente. Es normal que cuando hace frío, se tienda a elevar la temperatura del agua durante la ducha, pero si se excede las consecuencias pueden ser muy negativas. Hay que tener en cuenta que, como ocurre con el resto de la piel, el cuero cabelludo no es capaz de soportar bien las temperaturas demasiado elevadas y, de hacerlo, lo que suele ocurrir es que éste se resienta y se muestra en forma de un pelo que luce mucho más seco.
➤ Ventajas y desventajas de gorros y similares. Esta es la eterna pregunta, si su uso es recomendable o no. La realidad es que si se usa un gorro suelto puede ser muy ventajoso porque se evitan enredos que luego son difíciles de quitar y que tienden a una rotura del cabello. Pero, y es aquí donde hay que estar atentos, si por el contrario el gorro es muy ceñido esto hace que la circulación no sea la idónea.
➤ Sanear. Incluso si lo que se tiene pensado es dejar el pelo crecer, siempre hay que tener en cuenta que, de vez en cuando, hay que realizar un corte, aunque sea en las puntas para sanear y que éste luzca bonito.