Del inútil retorno a los olvidos.
El muro de cantería estilo medieval huele a argamasa aún húmeda; el portón, de madera de roble, huele a barniz y a pintura metálica fresca de los herrajes y roblones, frente a él termina un sendero de arena donde están marcadas las huellas de mis pies descalzos... empujo suavemente el portón convencido de que cederá a la primera, pero está cerrado... rebusco en los bolsillos la llave, pero entonces caigo en la cuenta que habría ejercido antes un deliberado dejarla olvidada en algún sitio extraviado de la memoria, fuera ya del sueño...