El ser humano es complejo. También somos seres sociales e inevitablemente nos dejamos influir por los demás, a veces más de la cuenta.
Si yo te pidiera que le pusieras calificación a tu cuerpo, ¿cuál sería?
No estamos satisfechos. Le damos un valor exagerado a la apariencia, algunos más que otros. Y no es que el cuidado personal esté mal. Tampoco el sentir que algo en tu cuerpo no te gusta. Lo que no ayuda es vivir acomplejado y vivir “castigándote” por aquello que más odias de tu cuerpo. Mucho menos el compararte para mal con otros. Lo se por que lo viví mucho tiempo, pero por lo mismo, te aseguro que puedes vivir aceptando tu cuerpo, tu templo, aceptando todo lo que hay en él. Es tu lugar sagrado, con el respiras, con el te mueves, escuchas, haces lo que más te gusta. No se puede disfrutar la vida peleada contigo misma.
Si necesitas cambiar algo para mejorar tu salud, hazlo con apoyo profesional, pero enfocate a que es para mejorar tu versión de ti, no para luchar contra ti misma en esa campaña campal de odio, que puede llevarte a autosabotearte.
Te dejo de tarea que todos los días, al ducharte (bañarte) intentes darle las gracias a tu cuerpo – puede ser mentalmente – por lo que hiciste ese día. Es un ejercicio que te ayudará a conectar contigo y a la aceptación.
Y para que veas que si se puede, te dejo este video.
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