Verano y pareja

Por Centro Psiconet

Vimos en el post anterior cómo de cara al verano cambian algunas de nuestras rutinas y podemos aprovechar para realizar actividades que nos resultan interesante gracias al aumento de tiempo libre que en ocasiones nos proporcionan estas fechas. Además de aprovechar este tiempo para descansar y hacer muchas de las cosas que nos gustan, que es muy positivo, tenemos que evitar que este aumento de tiempo libre nos lleve a consecuencias negativas, y en este caso nos referimos directamente a nuestra pareja.

Es por todos sabido que la mayoría de las rupturas de pareja se producen durante y tras los periodos más prolongados de vacaciones, y las vacaciones de verano suelen ser el más largo de todos. Una de las quejas que más escuchamos en las sesiones de terapia de pareja tiene que ver con la falta de tiempo que se dedican el uno al otro, la no coincidencia de horarios y el poco espacio que hoy en día se pueden permitir los miembros. Sin embargo, cuando disponemos de más tiempo para estar juntos es cuando más dificultades nos surgen y son estas mismas las que nos llevan a no saber gestionarlas y finalmente a la ruptura.

Este tiempo, bien administrado, puede tener consecuencias muy positivas en la relación de pareja, puede fortalecerla aun más y crear un vínculo más sólido del que de inicio teníamos. El problema viene cuando no somos capaces de compartir, negociar y ceder para que el tiempo sea de calidad. No se trata de pasar juntos cada minuto de nuestro día, no podemos olvidarnos de la individualidad de cada uno, y por lo tanto, de nuestras actividades en individual que tanta satisfacción nos proporcionan. Hay que seguir reservando un espacio para nosotros mismos, y a la vez, saber compartir más tiempo del habitual con nuestra pareja.

Para ello es necesario planificarse y sentarse a hablar con el otro, nunca dar por hecho que nuestra pareja ya sabe lo que queremos o cómo lo queremos. Lo que a mi me parece la mejor opción no siempre es lo que la otra persona piensa, por lo que hay que trasladarle esta información y encontrar actividades y espacios que sean para ambos enriquecedores. Podemos sentarnos y buscar estos reforzadores juntos o bien cada uno proponer individualmente los que ellos creen, teniendo en cuenta que tenemos que estar abiertos a negociaciones y concesiones para que nuestra convivencia sea lo más satisfactoria posible para ambos miembros de la pareja.