Una de las cosas que más nos gusta en una cocina, es que el fregadero se encuentre debajo de una ventana, con poyete a ser posible; y una de nosotras lo tiene así... Es muy agradable eso de poder mirar al exterior mientras fregoteas los cacharros, aunque fuera haya poco que ver, como es en nuestro caso... ¡Tenemos ventana sin vistas, para ser claras y francas del todo! Pero da igual, en nuestro alfeizar interior nos encanta colocar plantas y éstas, como todos sabemos, mientras más luz natural tengan, mejor... Por eso, las cortinas están siempre recogidas, aunque quedemos algo expuestos a los vecinos de enfrente, quienes, por cierto, son un encanto y muy discretos... A cambio, nuestras amigas verdes, con su presencia y su volumen, no sólo nos aportan belleza y la sensación más parecida a asomarnos a ese jardín que no tenemos, sino ese poquito de intimidad perdida tras los cristales, en pro de su crecimiento y bienestar.
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