Pretende que haya un filtro previo, un examen de catalan, que discrimine previamente a los chicos y deje en su tierra a los que son de su tierra. Le parece muy mal que la nota de corte de Lérida o Reus sea unas centesimas más baja que otras universidades lo que hace que vayan allí alumnos de otras comunidades y que solo un tercio de ellos sean de cataluña. Todo una "gran injusticia", según él, que veamos como se argumenta (las negritas son mías):
La propuesta será debatida la próxima semana por el Consejo Interuniversitario de Cataluña, presidido por el consejero y constituido por los rectores y representantes de la Generalitat y de las universidades.
El consejero está la espera de que las universidades lleguen a un acuerdo sobre esta cuestión. "Pero si no lo hay", añadió, "yo recomendaré abiertamente y por escrito" que las facultades que tengan una problemática similar a la que se ha producido en algunas de Medicina hagan una prueba de competencias lingüísticas sobre el dominio de las lenguas oficiales en Cataluña, el catalán y el castellano.
La ex comisionada de Universidades Blanca Palmada ya planteó en 2007 una prueba de catalán y castellano para que los alumnos de fuera de Cataluña acreditaran un nivel en ambos idiomas. La medida no llegó a aprobarse, tras recordar el Ministerio de Educación que la prueba sólo se podía exigir a los alumnos de otros países de la Unión Europea que entran sin nota de selectividad, pero no a los de otras comunidades. Extremadura y Andalucía han puesto exámenes de castellano a los extranjeros. Huguet se preguntó ayer: "¿Cómo quieres ir a las clases y enterarte de la materia si no dominas el catalán y el castellano?". Y a renglón seguido dijo que poner pruebas para evaluar el conocimiento del idioma "es una medida lógica que ya se aplica aquí, en Holanda y en todas partes". "Si alguien interpreta que Madrid debe autorizarlo, yo digo que no", remachó.
"No puede ser que con dinero catalán se esté formando a la gente de fuera". Con esta airada crítica, el rector de la Universidad de Lleida, Joan Viñas, expresó la situación en que se hallan las facultades de Medicina de Lleida y Reus, ante la avalancha de estudiantes procedentes de comunidades limítrofes -Valencia y Aragón- en el primer curso de carrera y la cuantiosa inversión que ello acarrea. Muchos de estos alumnos regresarán a mitad de carrera a su lugar de residencia, una vez que tengan una plaza en la facultad más cercana, a la que no pudieron acceder tras la selectividad por la nota de corte que se exigía.
Aunque el asunto es viejo, la polémica se ha avivado por dos hechos. El primero, la unánime queja de los decanos de Medicina de toda España contra el burocrático y dilatado proceso de matriculación, y el segundo, las polémicas declaraciones del rector de Lleida, contrarias a esta incursión de estudiantes de otras regiones. "Yo lo considero una injusticia y no por eso me han de calificar algunos de provinciano. No tiene sentido y es culpa de la distribución instaurada hace unos años", comentó el rector.
Imaginemos como se sentirá un estudiante de medicina de Lérida que sea de otro punto de España. Le ha costado mucho entrar en medicina, a veces ha tenido que repetir la selectividad para conseguir la nota de corte y perder un año. Ha entrado donde ha podido. No le ha importado saber que las clases iban a ser en catalan (motivo real de que las notas de corte en cataluña sean centésimas más bajas). Ha tenido que aprender catalan porque desde el primer día la mayoría de las clases han sido en esa lengua, sobre todo si el profesor es especialmente nacionalista. Eso a pesar de que solo una minoría de los alumnos (15%) saben catalan, a pesar de que el castellano es un idioma oficial de este pais y de que lo importante se supone que es aprender medicina. Ahora le dicen claramente que no es de allí, que se le está haciendo un favor por formarle con dinero catalán. Que "de facto" es un extranjero que no debería estar en ese lugar. Parece que le dan otro empujón para que se vaya. Y probablemente lo conseguirán en su mayor parte. Porque puede ser peligroso quejarse, se puede pagar un precio. Aunque a ese chico no le haya importado aprender catalan y le guste pasear por las Ramblas o disfrute con escritores y artistas que viven en cataluña.
Así los argumentos académicos y la voluntad de los individuos pasan a segundo término frente a los intereses de la tribu. También los derechos constitucionales. Como ya ha ocurrido con las oposiciones y concursos de traslados. Solo queda el MIR, pero todo se andará. La implacable estrategia nacionalista que deja aislados a los que están fuera de su rebaño y sus ideas. Que genera lógicas envenenadas en los demás territorios. Algo con lo que no estoy de acuerdo y que me da miedo. Pero parece que estamos rodeados. Y nadie nos defiende. No he leído ninguna reacción del gobierno central a esas declaraciones. Y leo el periodico todos los días. Menos mal que consuela leer este artículo de Fernando Savater sobre Camus que, de alguna manera, viene al caso http://www.elpais.com/articulo/opinion/cabalgan/juntos/elpepiopi/20100123elpepiopi_4/Tes.
Coda. A los decanos les molesta que el proceso de matriculación se prolongue hasta Noviembre. Imaginen lo que le ocurrirá a los alumnos que no saben donde van a ir hasta última hora y no pueden hacer previsiones. Ellos son los auténticos damnificados de un proceso que no controlan en absoluto y que es opaco. No se plantean, sin embargo, mejorar el sistema pensando en los alumnos y en adecuar la capacidad de sus facultades a la formación del número de médicos que precisa este pais, con una selección justa, ágil y transparente (cosa perfectamente posible con los medios actuales) y una formación de buena calidad. Quizá de esa manera la nota de selectividad no sería tan alta y muchos jóvenes no habrían visto frustradas sus expectativas de ser médicos para siempre. Y no ocurriría lo que ha sucedido en la última convocatoria MIR http://aemirblog.blogspot.com/2010/01/examen-mir-el-gran-test-sin-fronteras.html