Viajar para ser más feliz

Written by valedeoro  //  13/08/2013  //  felicidad  //  No comments

Viajar es un excelente método para añadir un poco de felicidad a tu día a día. Es una oportunidad de revisar algunos hábitos, probar nuevas cosas y descubrir como un cambio de actitud puede levantarte el ánimo. Dos actividades claves convertirán tu viaje en una entrenamiento de felicidad: probar nuevos hábitos y practicar el estar presente en el momento.

Cambio de entorno – cambio de hábito

El cambio de entorno suele poner a prueba muchos hábitos, ya que los puntos de referencia cambian. Al mismo tiempo es una oportunidad única para probar nuevos hábitos que a lo mejor podrás incorporar a tu vida diaria a la vuelta del trabajo. Aprender a meditar, llevar siempre una botella de agua contigo, leer un capítulo antes de ir a dormir, todos son hábitos que puedes probar durante las vacaciones para comprobar si te aportan un plus de bienestar. 
También es posible que descubras nuevos hábitos durante el viaje. La fruta en el menú de desayuno del hotel te gusta tanto que decides incorporarla en tu dieta. El té omnipresente en el país de destino te inspira a cambiar una parte de tu consumo de café por té verde. Al estar pendiente de cómo vive la gente de tu alrededor puede que te lleves algo duradero de tu viaje.

Vive el ahora. En persona.

Para detectar estas oportunidades es imprescindible que vivas en el ahora, que observes lo que te rodea y que estés abierta a probar cosas nuevas. Sí, algunas cosas serán diferentes. Esta era la razón por la que ibas de viaje, no? Así que apaga el móvil, desengánchate de las redes sociales, sal a la calle, conversa con el taxista y el camarero, prueba cosas nuevas y sorpréndete a ti mismo.

No hace falta que lo comentes todo al momento en Facebook, ya tendrás tiempo de compartir tus fotos más tarde. O quizás quieras experimentar el vivir la experiencia sin fotos para buscar no buscar tanto el ángulo perfecto y observar más.

Vacaciones en casa

Los viajes son un momento idóneo para probar cosas nuevas, descubrir el mundo con nuevos ojos y practicar el arte de la curiosidad por el mundo. En realidad no es necesario viajar, lo puedes hacer en tu propio pueblo, en tu ciudad, en tu entorno. Basta con que interrumpas el día a día a conciencia para redescubrir lo que te rodea. Aprovecha estas dos semanas sin trabajar para probar algo nuevo. Empieza cada día en la playa. Reduce tu acceso a internet a un horario concreto (por ejemplo, 1 hora por día). Explora tu ciudad como si fueras un turista.

¡Disfruta de tu agosto!