Viaje a la India II - Jaipur, la ciudad rosa

Por Abuelohara @Abuelohara
Nos levantamos temprano y después de un estupendo y abundante desayuno en el hotel Holiday Inn Mayur Vihar de New Delhi, cerramos nuestras maletas y nos preparamos para iniciar la segunda etapa de nuestro maravilloso e intenso "Viaje a la India".
Nuestro guía Dev y el conductor, nos esperan con el vehículo a la puerta del hotel. Julian, Oscar, Inma, Merche y yo estamos preparados para continuar viaje hacia un nuevo vértice del "Triangulo de Oro". Próxima parada:   Jaipur, la ciudad rosa.
Desde que salimos del hotel, el tráfico es caótico y estridente como siempre. No deja de asombrarnos como las personas, los animales, carros, bicicletas, tuc-tuc, turismos, camiones y autocares conviven en poco espacio ocupando como si de un juego de tetris se tratara, los lugares libres hasta llegar a su destino.
Al principio ver familias enteras con menores en una bicicleta o motocicleta o los jóvenes colgando en la parte de atrás de algún coche pequeño para aprovechar al máximo el número de ocupantes te provoca algo de inquietud, pero pronto desaparece al verles sonreír como si nada pasara.
Abandonamos New Delhi la ciudad más contaminada del mundo, por la NH48, para recorrer unos 310 km en algo más de cinco horas. Atravesamos un buen número de peajes y por supuesto cada uno de ellos con su correspondiente retención, que los vendedores ambulantes aprovechan para ofrecer sus mercancías, desde algo ligero que comer, hasta utensilios de cocina o cables usb para cargar nuestro móvil. Llegamos a Jaipur a la hora de comer.
Llegamos a Jaipur cuando nuestro estómago despertaba del viaje y paramos a comer en una de las calles principales, Amer Road, y en un pequeño restaurante, el Namaste Rajasthan, donde fuimos atendidos de maravilla y además esta vez todos probamos distintos platos populares indios con la carta muy clara, lo que pica y lo que no. En mi caso me incliné por el Special Thali Veg, un plato parecido al Dal Bhat típico y socorrido en mis 21 días en Nepal.
Lo primero que nos cuenta Dev es el motivo de su color y de su nombre: "Jaipur, la ciudad rosa". Fue construida en el siglo XVIII a instancias del maharajá Jai Singh II, de ahí su nombre y aunque siempre gustó el colo rosa a sus ciudadanos que revestían los edificios con estuco rosa, se intensificó con motivo de la visita del príncipe Alberto de Inglaterra a finales del siglo XIX, para darle la bienvenida y así continúa hasta ahora.
Jaipur es una ciudad más simétrica y menos complicada que Delhi. Tiene una zona principal donde se encuentran algunos lugares de interés como el Palacio de la ciudad, las residencias oficiales y el Palacio de los Vientos llamado en India Hawa Mahal, que era una extensión del harén y desde sus ventanas las concubinas podían observar el transcurrir diario de la ciudad sin ser vistas.
El observatorio astronómico Jantar Mantar es otro de los lugares más visitados por los turistas. Es patrimonio de la humanidad desde hace solo ocho años, en el 2010 y es uno de los cinco observatorios construidos por Jai Singh en la India. Ya en las afueras está el famoso Fuerte Amber, un complejo de la edad media que compite como emblema de las estampas más famosas de Jaipur con el Jal Mahal, un llamativo palacio construido en medio de una laguna.
De aquí en adelante os dejo algunas de las visitas que hicimos en Jaipur, con una pequeña reseña y como siempre las fotografías del viaje. Añado la subida al conocido "Templo de los Monos" (No entraba en el itinerario del viaje), al que se llega saliendo por la puerta de Galta en Jaipur y recorriendo unos diez kilómetros hacia la montaña de los monos. Aún llevo puesta el cordón que el sacerdote me puso en la muñeca derecha en "Galta Kund". Espero que lo disfrutéis. Buen viaje.

Templo de los Monos (Templo de Galwar Bagh):


Así lo llaman la mayoría de turistas y lugareños, primero porque está en la montaña de los monos y después porque los primates te acompañan durante la visita, quieras o no.
A la entrada del complejo por algunas rupias te ofrecen cacahuetes o unos plátanos por pocas rupias para los monos. Nosotros no aceptamos y aún así nos dieron una pequeña cantidad. Fuimos a última hora de la tarde. Muy posiblemente los monos tenían la barriga llena y pudimos pasear tranquilamente por el complejo.
Tiene diferentes edificios en lo que parece una pequeña ciudad en la montaña, la subida termina en dos grandes piscinas de niveles superpuestos que alimenta un manantial que no se secan nunca gracias a las plegarias del santón Galav y donde los peregrinos realizan sus baños depurativos.
El Templo de Galwar Bagh, dedicado al Dios Sol y al Dios Hanuman o Dios Mono está en lo alto y se accede por escaleras junto a las rocas. Antes de ascender, caminamos entre unos edificios y templos preciosos y muy decorados con motivos vegetales y figuras mitológicas y religiosas hindúes.

Fuerte Amber:


Pocos kilómetros antes de entrar en la ciudad de Jaipur se puede ver en las colinas de Aravalli, reflejado en las aguas del lago Maota, el Fuerte Medieval de Amber, que destaca en lo alto con unas extensas murallas de color anaranjado.
Todo está preparado para subir sobre un elefante paseando por los bastiones hasta la puerta de Suraj para acceder a una enorme plaza llamada Jaleb Chowk. Tendrás que tener cuidado con la cámara o lo que lleves encima, el meneo a lomos de estos enormes animales es considerable.
En el interior tienes un buen rato de paseo y de visita de diferentes edificios, plazas, jardines, galerías y miradores desde la muralla. El templo de la sagrada diosa Shila Devi y el patio de Diwan-i-man hecho con pilares de mármol y piedra arenisca roja con soportes tallados en forma de elefantes es espectacular.
Verás también el jardín Aram Bagh de estilo mogol, el de Jai Mandir, los apartamentos privados de Jai Singh I y numerosas edificaciones rodeadas de almenas, torreones y murallas desde las que se defendían. El palacio del Rajá Man Singh y los apartamentos de sus doce reinas con balcones cubiertos de celosías y un pabellón de columnas.
El fuerte Amber te gustará. Todavía contiene magia y rincones entres sus muros con muchas historias que contar y descubrir. La salida es un callejón con tiendas de artesanía y librerías a ambos lados donde podrás comprar algún recuerdo si lo deseas. De allí Merche se trajo unos cd's de música india para meditar y recordar.
La bajada desde el fuerte la hicimos en jeep y fue tan dura como la subida en elefante, se ve que la altura del techo no está hecha para los occidentales. Ya abajo junto al lago Maota pudimos ver dos encantadores de serpientes al acecho de la última propina antes de coger nuestro transporte.

Palacio de Jai Mahal


Jal Mahal significa Palacio en el agua y se encuentra en medio del Lago Man Sagar. Es de arquitectura Rajput y Mughal y su visión parece mágica saliendo del agua. Cuando nosotros visitamos Jaipur en el mes de febrero eran visibles tres de sus cinco plantas. En invierno, en cambio puede estar seco y se puede acceder hasta él caminando.
Se puede observar desde un paseo junto al lago en el que hay unas estatuas, juegos para niños y algunos vendedores de golosinas y pequeños juguetes y recuerdos. Un lugar también privilegiado para la observación de las aves migratorias como las garzas, cormoranes, martín pescador y otros que anidan y se alimentan en la abundante vegetación de las orillas.
En el pasado, donde ahora está el Palacio había una depresión donde se acumulaba el agua pero durante la sequía la suciedad y los sedimentos del fondo salían a la luz. el gobernador Ajmer construyó entonces una represa para asegurar el agua. En el siglo XVIII todo se limpió y se adecentó el palacio.
Guardamos de ese lugar un curioso recuerdo del que es responsable un pequeño de unos diez años de edad que nos acompañó hasta el vehículo para deleitarnos allí con unos juegos de magia. Un jovencito encantador que con un español perfectamente entendible nos encandiló a todos.

El Palacio de Jaipur (Chandra Mahal):


El centro de la ciudad rosa, es el extenso Palacio de Chandra Mahal, que entre unas cosas y otras ocupa una séptima parte del área de la Jaipur. El complejo tiene diferentes estilos entre los que destaca la arquitectura mogol y de rajput y sus edificios de formas, colores y alturas variadas te dejarán asombrado.
Una vez atravesada su preciosa puerta Sirekh-ki-Deorhi flanqueada por guardianes de rojo con unos mandobles enormes y cara de pocos amigos, os llamará la atención el Mubarak Mahal, un edificio de dos plantas hecho de mármol con arcos y preciosas celosías que podéis visitar aunque solo la planta baja. A un lado del patio puedes visitar el Sileh Khana, que contiene una buena colección de armas tradicionales de lo más bello del país según dicen.
Como en todos los palacios, tiene diferentes salas de audiencias privadas y públicas, la Diwan-i-Khas donde se celebran las ceremonias especiales y además contiene unas urnas de plata para recoger hasta cien galones de agua que dicen son las más grandes del mundo y la sala de audiencias públicas Diwan-i-Am, al otro lado, que ahora se ha convertido en museo.
Posiblemente los edificios que más llamen la atención sea el opulento Chandra Mahal, que tiene siete pisos de altura de colores blanco y crema que marcan la diferencia y el famoso Riddhi Sidhi Pol que tiene cuatro puertas bellamente decoradas con formas de pavo real. Una parte del palacio aún es residencia del Maharajá y se puede ver la sala museo con un trono de oro y pinturas manuscritas de estilo rajput.
Nos resultó curioso que en esta última sala del Palacio existe la obligación de recorrerla en el sentido de las manillas del reloj, de forma que todo el mundo sigue el mismo giro alrededor de la sala, observando las pinturas y retratos de los distintos gobernantes.

Jantar Mantar:


La pasión del inspirador de "Jaipur, la ciudad rosa" por la astronomía hizo que construyera un observatorio gigante al aire libre, a un corto paseo del Palacio de la ciudad. Quizá esta sea la visita menos interesante de nuestro viaje y sin embargo está en todos los catálogos de viajes como indispensable en la ciudad de Jaipur.
Quería hacer importantes aportaciones al mundo de la astronomía y la observación de las estrellas, los planetas y sobre todo por la medida del tiempo.

Para ello construyó unos enormes instrumentos de piedra y mármol que pudieran desarrollar sus sueños con milimétrica precisión. Después del Jantar Mantar en Jaipur, construyó otros similares en Delhi, Ujjain, Varanasi y Mathura.
El paseo se puede hacer algo aburrido sino estás puesto en el tema. Te llamará la atención que cada uno de los signos del Zodiaco y por tanto del horóscopo, cuenta con uno de estos elementos especialmente dedicado. Solo las explicaciones de Dev hicieron que ese rato a pleno sol mereciera la pena y comprendimos algunas de las cuestiones que el cielo, el sol, las estrellas y los planetas nos cuentan.
Samrat Jantar es un gran reloj de sol para medir la distancia, altitud y diámetro del astro rey. Jantar Mantar cuenta también con elementos para estudiar el movimiento de las estrellas, como el Ram Yantra, con doce pequeños relojes para revelar los misterios de los signos del zodiaco.

Hawa Mahal (Palacio
de los Vientos)


El "Palacio de los Vientos" es otro de los emblemas de la ciudad de Jaipur. Una extraña estructura de forma piramidal con cinco pisos de altura construido en 1799 por el Maharajá Pratap  Singh.
Si no queréis perder el tiempo en contar las ventanas de su fachada, os diré que son 953 y se construyeron para que las damas de la corte pudieran entretenerse observando el bullicio de la ciudad sin ser vistas.
El talento artístico de los rajputas ideó unos balcones aireados, construidos hacia el exterior, dispuestos en forma de terrazas que disminuyen gradualmente en tamaño y además. En realidad esta fachada es la parte trasera del edificio que en su parte contraria donde los tres pisos altos son habitaciones y las dos primeras son salas, habitaciones y patios decorados.
En la calle del mismo nombre Hawa Mahal Road hay una cantidad importante de tiendas a ambos lados, sobretodo de textiles y zapaterías, aunque podemos encontrar también joyerías y otro tipo de tiendas. Es una locura, pero es el momento perfecto para dar un paseo y hacer unas compras para llevar de recuerdo, la ropa típica hindú, los pañuelos o las camisetas a precios insuperables, después del oportuno regateo por supuesto.
El paso de tráfico y personas es interminable y los elefantes comparten la calzada con los vehículos, las bicicletas o los autobuses. Es como un documental en primera persona. Merece la pena pasar un rato por allí y observar este mundo de locura tan distinto al mundo y a la vez tan especial. Recorrer las calles junto a miles de personas y vivir los contrastes con occidente. Increíble.

Laxmi Narayan o Templo de Birla


Cuando ya terminaba la tarde, después de observar el Hawa Mahal, pensamos que habíamos visto todo ya, pero hay pequeños rincones y lugares en la india que son verdaderamente mágicos. Quizá fue la hora del día, al atardecer, o la espiritual y mística ceremonia Aarti que vimos en el interior del templo, pero el recuerdo de Laxmi Narayan Temple ha quedado bien marcado para siempre.
Se encuentra en lo alto de una pequeña colina rodeado de jardines. Todo hecho de un impecable mármol blanco con relieves, detalles y figuras por todos lados que pertenecen a todas las religiones, aunque está especialmente dedicado al dios Vishnú y a su esposa Lakshmi. Birla Mandir antes se llamaba Lakshmi Narayan Temple y os dejo aquí la ubicación en Google Maps porque su nombre da lugar a confusión al buscarlo en las redes.
Todo el lugar está lleno de delicadas tallas de símbolos hindúes y de otras religiones, santos, filósofos como Sócrates, Zaratustra, Buda o Confucio. Un moderno y bello lugar con unos estupendos jardines en los que observamos la escultura del Dios Shiva en un lugar privilegiado donde los turistas y las familias hindúes inmortalizan su visita. Después de un pequeño paseo llegamos a la zona del templo.
Tendréis que entrar descalzos y notaréis el calor del mármol, que durante el día está absorbiendo la energía del sol. No es posible sacar fotografías en el interior, pero así de esa manera se presta total atención a la ceremonia. Cientos de hindúes cantan y juntan sus manos al ritmo místico y repetido de las campanas, para recibir la bendición del agua que al final de la ceremonia el sacerdote lanza hacia los presentes.  Quedamos empapados, de agua y de sensaciones. Inolvidable.
A partir de aquí volvemos a nuestro hotel y como dice nuestro cronograma de BidTravel, "Cena y Alojamiento". Eso sí, tuvimos que aguantar un buen rato el tráfico de Jaipur hasta llegar. Después de una buena ducha y estupenda cena con un bufet riquísimo en el hotel Park Regis, las mejores cervezas de la indic Kingfisher nos acompañaron mientras comentamos las visitas del día.
Ahora a descansar bien. Mañana salimos temprano por carretera hacia la ciudad del amor "Agra", nuestro tercer vértice del "Triangulo de Oro" junto a Delhi y Jaipur, aunque haremos dos paradas irrenunciables e imprescindibles en un viaje como este, que serán motivo de mi próximo artículo sobre este "Viaje a la India":
Más fotos de "JAIPUR, la Ciudad Rosa"......., AQUÍ.


Próximo artículo: (en construcción)

La joya escondida de Abhaneri, "El Chand Baori"

"Fatehpur Sikri", la ciudad fantasma.