Viaje por Aquitania. Parada 2: Cité Frugès

Por Patriciaderosas @derosasybaobabs

Ayer os hablaba de nuestro paso por Burdeos hace unos meses. Tras dos días allí, nuestra siguiente parada estaba en los viñedos de Saint-Émilion, a escasos 50 kilómetros de la ciudad. La intención principal de este viaje era precisamente la de aprovechar todas las ventajas que ofrece moverse en coche: libertad de horarios, posibilidad de parar donde quieras, disfrutar del paisaje… Así que antes de abandonar Burdeos decidimos acercarnos a Pessac, a unos 8 km al suroeste de Burdeos, donde se encuentra la Cité Frugès de Le Corbusier, clasificada como Patrimonio de la Humanidad de La UNESCO desde 2016. Y si has estudiado Arquitectura y tienes una obra de Le Corbusier, Mies o Wright en cien kilómetros a la redonda, no te lo piensas.

Entre 1920 y 1923, Le Corbusier publicaba “Vers une architecture”, donde defendía la vivienda social económica a la vez que entendía las viviendas como “máquinas de habitar”.

Henry Frugès, un industrial azucarero de la zona, encargó a Le Corbusier y a Pierre Jeanneret el proyecto de La Citè con la idea de que Pessac fuese el laboratorio para llevar a la práctica sus teorías. Frugès buscaba viviendas para dar alojamiento a sus trabajadores. En cuanto al emplazamiento, se basaba en varias premisas: Por un lado, debía estar en una zona rodeada por bosque, para dar calidad de vida a los habitantes. Por otro lado, junto a las vías del tren, símbolo de modernidad. También debía estar cerca de la fábrica donde trabajaban. Por último, debía estar cerca del Hospital de tuberculosis, enfermedad muy habitual de la época.

    foto de archivo Fundación Le Corbusier

Este proyecto fue la primera versión de la ciudad jardín horizontal de Le Corbusier, aunque sus cinco puntos de la arquitectura ya venían aplicándose en otros proyectos. También incorporó en estas viviendas la policromía, empleando tres colores (verde, rojo y azul). Como decía en sus textos: “La policromía tiene un poder psicológico excepcional pues suprime la sensación de masa y amplifica la sensación de planos y áreas.”

Del proyecto previsto, 135 viviendas, finalmente se realizaron únicamente 53, de las que se conservan 50 hoy en día divididas en seis tipologías: Quinconce (escalonada o damero) , Gratte-ciel (rascacielos), Jumelle (gemela) , Zig-zag, Arcade (arcada)  e Isolèe (aislada). Aunque las más representativas son cuatro: escalonada, rascacielos, arcada y aislada.

Actualmente, una de las casas gratte-ciel es de propiedad municipal y está habilitada como casa museo y puede visitarse durante todo el año.

Algunas viviendas han sido “personalizadas”, otras han perdido su policromía original….pero otras por suerte mantienen su esencia intacta. Me pregunto cuántas personas darían lo que fuera por vivir en una obra de Le Corbusier y sin embargo…esto.

Os dejo aquí el enlace del primer post del Viaje a Francia, por si os lo perdísteis.

Pat