VIENTOS DEL ESPÍRITU - 63 En el silencio, comprenderás profundamente los ritmos de la Vida en tu hermano. Pero ve más allá: cultiva la unión más pura, donde no existe tú y tu hermano - comulgando con la Vida, seréis una única realidad. La vida monástica, realizada de verdad y con rectitud, es una de las formas más puras de expresión de la energía espiritual. Por medio de la vida monástica el Espíritu puede manifestar en los planos materiales la grandiosidad de su existencia. La energía monástica muestra que el Espíritu está en todas las cosas y, así, inspira respeto por todo y por todos. Cuando atrae al ser hacia la dedicación integral a la vida interior, lo protege de los embates que suceden en los planos más densos y lo envuelve en un aura de paz y armonía. La energía monástica elige algunos de los que se entregan a ella para realizar una alquimia divina, en el centro del corazón. La entrega y la oración alimentan esa alquimia, que transforma todo lo que aún no expresa la infinita misericordia de la Vida. Fuente: Vientos del Espíritu, Trigueirinho
VIENTOS DEL ESPÍRITU - 63 En el silencio, comprenderás profundamente los ritmos de la Vida en tu hermano. Pero ve más allá: cultiva la unión más pura, donde no existe tú y tu hermano - comulgando con la Vida, seréis una única realidad. La vida monástica, realizada de verdad y con rectitud, es una de las formas más puras de expresión de la energía espiritual. Por medio de la vida monástica el Espíritu puede manifestar en los planos materiales la grandiosidad de su existencia. La energía monástica muestra que el Espíritu está en todas las cosas y, así, inspira respeto por todo y por todos. Cuando atrae al ser hacia la dedicación integral a la vida interior, lo protege de los embates que suceden en los planos más densos y lo envuelve en un aura de paz y armonía. La energía monástica elige algunos de los que se entregan a ella para realizar una alquimia divina, en el centro del corazón. La entrega y la oración alimentan esa alquimia, que transforma todo lo que aún no expresa la infinita misericordia de la Vida. Fuente: Vientos del Espíritu, Trigueirinho