Es el principal nombre dado a los miembros de los pueblos nórdicos originarios de Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en Europa. Dependiendo del contexto y de la interpretación del autor, puede usarse el nombre para referirse a los incursores de esta procedencia o a sus países de origen. La metonimia ha llevado a que el nombre se siga usando aún hoy en día de forma coloquial para referirse erróneamente a los países escandinavos. Si bien existen referencias vagas a pueblos germanos del mar Báltico y Escandinavia en las fuentes latinas, sus ataques y su aparición en la escena política europea cobran relevancia con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793) en el norte de Gran Bretaña, al que pronto siguieron ataques a otros monasterios.
Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están repletos de relatos aterradores. Su actuar violento aterrorizó a las antiguas comunidades, que, aunque acostumbradas a la guerra, no tenían forma de prever cuándo habría una incursión y sufrían una carencia de poderes fuertes en los comienzos de la Edad Media.
Estos ataques sumados a los de los húngaros y ávaros, a la presión de pueblos eslavos en Europa Oriental y a la de los árabes en el Sur fueron tanto causa como consecuencia de un período de inestabilidad que favoreció la descentralización política del feudalismo. Durante los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran influencia en la historia europea. En las Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser finalmente derrotados por los normandos, descendientes de vikingos que habían recibido tierras en Normandía (Francia).
En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e incluso llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y en el Imperio bizantino. A través de los ríos del norte intervinieron repetidas veces en el mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados (la Rus de Kiev) aparecen vinculados a aventureros vikingos. Se suele datar el final del periodo vikingo con la caída del rey Harald el Despiadado, que murió en la Batalla del puente Stamford en el año 1066 cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra.
Si bien la influencia nórdica siguió siendo relevante, la aculturización de normandos en Francia, Inglaterra e Italia, las victorias militares de varios estados como Francia que lograron asegurar las costas y la propia disminución de incursiones escandinavas con la cristianización de Escandinavia supusieron paulatinamente el final de su actividad tal y como se conocía.
VIAJE VIKINGO A AMERICA - PRIMERO QUE CRISTOBAL COLON.
Mapa del dominio de los Vikingos.
En el año 986, Eric el Rojo salió de nuevo de Islandia junto a otras 24 embarcaciones llenas de hombres, mujeres y animales domésticos para colonizar Groenlandia.
Las grandes tormentas e inclemencias climatológicas del camino causaron que tan sólo 14 embarcaciones y 450 colonos llegasen a desembarcar, dispersándose a lo largo de toda la costa oeste de la gran isla. III: Tapiz Bayeux, con naves vikingas Poco después de que este segundo viaje de Eric el Rojo zarpase de Islandia, Bjarni Herjolfsson, un comerciante que viajaba entre Noruega e Islandia, se encontró a su regreso a Islandia que su padre había vendido todas sus propiedades y había marchado junto a Eric hacia Groenlandia. Así que, sin dudarlo, embarcó junto a sus marineros en busca de su padre. Tras verse envuelto en la niebla en gran parte de su viaje, Bjarni avistó tierra finalmente.
Se trataba de una tierra llana y cubierta de bosques, algo que no encajaba con la descripción de Groenlandia que había dado Eric el Rojo en Islandia antes de que su padre partiera con él. Por ello, ni siquiera se molestó en desembarcar en aquel lugar y continuó buscando hasta que cuatro días más tarde avistó una tierra tal y como la que pretendía encontrar.
En 1001, Leif Ericsson, hijo de Eric el Rojo, compró el barco de Biarni, reunió 35 marineros más y marchó en busca de la Tierra que Bjarni había avistado 15 años atrás. En aquel viaje, Leif se topó rápidamente con un bloque rocoso, estéril e inhabitable que pasó de largo, la isla de Baffin.