Una casa de diseño incomparable a la cual se accede a través del antiguo establo y que se conecta con el resto de la casa a través de un túnel. La distribución gira en torno a un patio escarbado en la montaña, que da lugar a una gran cristalera que dota a la vivienda de una gran luminosidad y, claro, de unas increíbles vistas. El ángulo de la casa es levemente inclinado, lo que da mayor dramatismo a la vistas de la bellas montañas en el lado opuesto del valle.
El interior no desmerece en absoluto la creatividad arquitectónica de la casa. Todos los espacios, perfectamente cuidados, han sido complementados con mobiliario de las mejores firmas: piezas de Hella Jongerius, Moooi, Marcel Wanders o Vitra, aportan el acabado definitivo a esta impresionante vivienda.