Este 91 tuvo una evolución elegante pero mesurada: a la media hora estaba muy arriba, después empezó a bajar un poco, se estabilizó a la hora y media y allí se quedó. Aunque no esté de moda y mucha gente critique la incomprensión que provocan estas descripciones, les diré que este vino mozo tiene un color y una limpidez extraordinarias. Es, ya a la vista, un vino terso, del suave color de una teja casi translúcida, de pasta vítrea, con dejes anaranjados. Brillante entre el rubí y la amatista que ve la luz del sol tras muchos años de penumbra. Es un vino hermoso, ágil, de una viveza arrebatadora. Su primer aroma es el de un fino cigarro holandés, con su crema de café. Cerezas en maceración. Alcohol medido y muy en su sitio. Hojas de tabaco de Virginia. Un poco de violeta marchita y de hojarasca. Vino fino. Vino delicado. Vino fresco con unos taninos pequeños, redondos y firmes en su ligereza. Aunque ahora mismo no es de aquellos Bosconias que evolucionan horas en copa, su viva acidez y su cuerpo entero hacen presagiar muchos años de vida en botella. Nuestra comida de Sant Esteve se honró con su presencia en la mesa.
Este 91 tuvo una evolución elegante pero mesurada: a la media hora estaba muy arriba, después empezó a bajar un poco, se estabilizó a la hora y media y allí se quedó. Aunque no esté de moda y mucha gente critique la incomprensión que provocan estas descripciones, les diré que este vino mozo tiene un color y una limpidez extraordinarias. Es, ya a la vista, un vino terso, del suave color de una teja casi translúcida, de pasta vítrea, con dejes anaranjados. Brillante entre el rubí y la amatista que ve la luz del sol tras muchos años de penumbra. Es un vino hermoso, ágil, de una viveza arrebatadora. Su primer aroma es el de un fino cigarro holandés, con su crema de café. Cerezas en maceración. Alcohol medido y muy en su sitio. Hojas de tabaco de Virginia. Un poco de violeta marchita y de hojarasca. Vino fino. Vino delicado. Vino fresco con unos taninos pequeños, redondos y firmes en su ligereza. Aunque ahora mismo no es de aquellos Bosconias que evolucionan horas en copa, su viva acidez y su cuerpo entero hacen presagiar muchos años de vida en botella. Nuestra comida de Sant Esteve se honró con su presencia en la mesa.