Un
estudio británico publicado en la revista American Heart Association proporciona
pistas sobre cómo estos daños se inician. Los investigadores examinaron datos
de 3.920 personas que viven dentro de un radio de 50 kilómetros de un área en
el Reino Unido con un bajo nivel de contaminación que cumplía fácilmente con
los estándares internacionales de calidad del aire. Los voluntarios del
estudio, de entre 40 y 69 años, no tenían ninguna enfermedad cardíaca en el momento
de la evaluación por imágenes. Sus corazones fueron escaneados con resonancia
magnética cinco años después y los cambios en el tamaño del corazón fueron significativos,
y estos cambios preclínicos tempranos pueden llevar a peores resultados a largo
plazo si no se tratan o no se controlan. Los investigadores dijeron que dos
contaminantes específicos relacionados con el tráfico, el óxido de nitrógeno y
las partículas finas, se asociaron significativamente con el tamaño mayor de
ciertas cámaras cardíacas. Los hallazgos se suman a la creciente evidencia de
los efectos dañinos de la contaminación ambiental, incluso en el entorno de
niveles relativamente bajos. Los esfuerzos para reducir la emisión de
contaminantes al aire deberían priorizarse en iniciativas de salud pública y
medidas legislativas.