Esta semana pasada, el jueves sin ir más lejos, he tenido una sorpresa muy agradable. Llego a casa y encuentro un paquete de RBA que me espera en el rellano, tranquilo, sin prisas ni nervios. No puede ser, me digo...¿Será el libro? ¿Quince días antes de la fecha de salida prevista? ¡¡¡Y sí!!! El libro ha salido de la editorial con dos semanas de antelación, y RBA integral (el sello de RBA en que aparece) me lo ha mandado. Casi no me lo creo: en el catálogo de la editorial todavía no existo, pero un querido amigo me hace notar que, si quiero, puedo ya comprar el libro en la red. Los datos están algo equivocados (número de páginas: son 283) y sale sin portada en ese tienda telemática. Pero ahí está.
Estamos preparando una presentación para la prensa en Barcelona y, si fuera posible, otra en Madrid, para cuando termine la Digital Wine Communications Conference 2013, en la que me he implicado hasta las retrancas. Y después, me gustaría hablar de las personas y los vinos, de las tierras y las maneras de acercarse a ellas, que son las auténticas protagonistas del libro. Y hacerlo allí donde a la gente le apetezca hablar de ello. En los últimos siete años, mi manera de entender la naturaleza, y la viticultura dentro de ella, ha cambiado mucho, ha evolucionado. Mi manera de beber, de buscar, de entender, de disfrutar los vinos, también ha cambiado. Y he intentado explicarlo en estas páginas. He hablado en ellas de por qué me acerqué al mundo del vino desde el estudio de la antigüedad clásica. De cuál es, en mi opinión, la manera más respetuosa, natural y menos ruidosa de acercarse al viñedo para cuidarlo, para preservar su entorno y para embotellar su paisaje. He recorrido todos los pasos, desde qué tipos de cepa en qué terruño hasta el embotellado final, para explicar mi manera de ver las cosas. He intentado hacerlo sin tapujos pero con cordialidad y mucho respeto hacia los que piensan y hacen de manera distinta las cosas.
He querido comprometerme también explicando dónde y por qué encuentro algunos de esos vinos en España. Las páginas que me dieron para escribir eran finitas...y hubiera querido poner bastantes más ejemplos de cómo son los vinos y las personas que los hacen desde la óptica que he querido explicar en mi libro. Pero los que hay son, por lo menos, significativos: treinta y seis ejemplos de bodegas en las que he estado, charlando sin prisas ni reloj con las personas que hacen los vinos, bebiéndolos mientras estábamos en los viñedos o muy cerca de ellos, pisando el campo, oliendo el paisaje e intentando entender, en cada caso, qué hacían en la bodega, qué les hacía especiales, qué les hacía más próximos a esa tierra que otros. Siempre me acerqué a vinos que me interesaban, que me gustaban a priori, y siempre encontré a personas que me atraparon, que me contaron historias de su relación con la tierra a través de las cepas y del vino, que yo quería contar. Vinos y personas me ofrecen un placer sin filtros ni intermediarios: el de ver, oler y sentir un paisaje desde una copa y, si me apetece, sin salir de casa.
Siento que se cierra una etapa muy intensa de mi vida con la publicación de este libro. Me ofrece emociones tan grandes como las que me han llevado a escribirlo. Siento que ahora se abren nuevos círculos, que voy a andar con las mismas ganas, pero por otros senderos. Siento, con todo, que dos cosas no van a cambiar tras estos años, sobre todo, tras este último año, dos cosas que me acompañarán siempre y que voy a intentar explicar, si encuentro a alguien dispuesto a escuchar con el corazón más que con la cabeza: beber vino siempre será una de las formas más naturales, espontáneas y lúcidas de volver a un paisaje, a un territorio, a una cultura. Y acercarse a la naturaleza, defenderla y conservarla para poder transmitirla en buen estado a quienes nos sigan se puede hacer, también, a través del vino y de su consumo. Por este camino voy a seguir andando, buscando y descubriendo, bebiendo, charlando y emocionándome. Y ojalá encuentre en él a alguno de vosotros. Sea en público o en privado. Pero dejándonos atrapar por los vinos auténticos.
Postscriptum. Pido disculpas por anticipado si alguien quiere publicar un comentario y llego tarde a la moderación o a la respuesta. El final de vendimia se acerca y mis pantalones y yo vamos a andar liados un par de días...