Seara ha destacado que “son cada vez más los y las artistas que ponen su cara, su música, su talento y su ejemplo personal al servicio de la lucha contra la violencia de género, y esto es especialmente importante para el caso de la gente más joven, porque de esta forma pueden contar con referentes cercanos que les trasladen el mensaje de que las relaciones han de establecerse siempre entre iguales, y de que amor y violencia son conceptos absolutamente incompatibles”.
La secretaria de Estado ha agradecido el trabajo y el compromiso de la directora, realizadora y productora del documental, Isabel Salgado, así como de todas las personas que han participado en este proyecto apoyado por el Instituto de la Mujer en el marco de la prevención y la sensibilización contra la violencia de género y de la “suma de voluntades de cada vez más hombres y mujeres de todo el espectro social de nuestro país”.
El resumen que ofrece en vídeo la televisión local señala que una de cada 10 mujeres es víctima de violencia. No suelen haber diferencias entre niveles sociales o educativos y pone énfasis en la universalidad de la responsabilidad de la denuncia. Aunque estas no son tan pocas: en el pasado año, la policía autonómica registró 13.000 denuncias en Catalunya.
Un resumen ejecutivo sobre la violencia y los adolescentes que publica el ministerio merece consideración aunque y lamentablemente no tiene fecha de publicación. Que en otros sitios sea peor como en los EEUU donde la violencia afecta a una de cada cuatro mujeres no es un consuelo.
Conviene asimismo repasar lo que la Organización Mundial de la Salud dice en relación con la violencia contra la mujer. “Intimate partner violence” es la frase clave en inglés.
Algo se adelanta con que el Banco Santander, que nos somete a todos a la violencia de contemplar los desafueros de la familia Botín trayendo y llevando millones a Suiza, se ha estirado hasta gastarse 7000 eurillos en premiar un estudio sobre la violencia en los adolescentes hacia sus progenitores: Una aproximación psicosocial a la violencia en adolescentes‘ realizada por el equipo de la profesora Esther Calvete de la U. de Deusto. Menos da una piedra, al menos que sea una preciosa.
En su conjunto el panorama de la violencia en el ámbito doméstico parece un pim-pam.pum que descarga todas las frustraciones en todas direcciones y no parece que llevemos camino de ponerle remedio. Pero si lo tiene, pasa por el diagnóstico, la detección precoz y la denuncia. Los pediatras no podemos ser ajenos a todas estas tragedias. precisamente porque las víctimas secundarias siempre son los niños, los menores, invariablemente agredidos, aunque sólo sea por la contemplación de la violencia en la proximidad. Ocupamos una posición de observatorio privilegiada cuando nos entrevistamos con madres y niños de quienes directa o indirectamente podemos obtener información sensible relativa a la existencia de violencia en el ámbito doméstico. Hay que estar atento y recordar esa responsabilidad.
X. Allué (Editor)