Tras nueve años escribiendo y viajando por la Ribera del Duero, parece increíble que aún pueda descubrir nuevos parajes , zonas por las que aún no había pisado, y donde esta bodega está enclavada, es uno de los mas singulares . El río Esgueva y la comarca del Cerrato suponen el límite más al norte de la Ribera del Duero, y no lejos de allí, cerca de Piñel de Arriba, se encuentra situada la Bodega Valtravieso. El paisaje recuerda mucho mas a la angosta morfología del Cerrato que a las fértiles riberas del Duero, pero pronto comprendí que esa era una de las razones por las que sus viñedos están allí. Un pequeño camino conduce a la moderna bodega, terminada en 2006, en lo alto de un pedregoso páramo. El GPS me dió alguna vuelta de más, pero llegué puntual junto al grupo.
Dentro de la bodega nos esperaba Alvaro Cerrada @yalocatoyo , que nos había organizado la visita.
Tras las oportunas presentaciones, y los abrazos a los amigos, nos dispusimos a conocer mejor este proyecto, de la mano del joven enólogo Ricardo Velasco , enólogo valenciano pero con noble apellido castellano. Los aficionados al vino, minoría en el grupo (especie en claro peligro de extinción frente al #foodie) , sin duda caímos pronto en la cuenta de cómo el terroir de Valtravieso era bastante particular, un suelo muy pedregoso, con importante presencia de arcilla en algunos lugares, y una altura que supera con creces los 900 m, otorgan al viñedo unos condicionantes especiales, a las que hay que añadir el viento . Apenas aparecen otros cultivos o vegetación a un kilómetro a la redonda, y la piedra sílex es dueña y señora de la superficie .
Valtravieso cuenta en la actualidad con 70 hectáreas de viñedo propio, siendo predominante como es lógico la tempranillo, pero también cultivan merlot, cabernet sauvignon y nos comentaban que también empezarán a trabajar con malbec ; a pesar de tener su propio viñedo, también compran uva a pequeños viticultores de la zona.
Durante la visita pudimos seguir el paso completo desde el viñedo hasta la sala de crianza, y conocimos un poco mas de cerca los procesos de elaboración , la utilización del raspón en pequeños porcentajes y la separación del mosto por parajes para el posterior coupage. La espaciosa sala de barricas en la que predomina el roble francés, era el mejor prólogo para la cata de los vinos de Valtravieso.
No empezamos por el vino blanco pero yo si haré, para comentar este vino ValtraviesoDominio de Nogara 2017 que elaboran en colaboración con una bodega segoviana en la zona de Nieva, con todas las peculiaridades de la verdejo de la zona, altura y poderosa acidez, un verdejo superior a la media. Seguimos con un Vino de la Tierra de Castilla y León llamado Valtravieso Rupture 2016 , un vino que ya desde el nombre nos obliga a un cierto reseteo, para disfrutar del coupage de un 70% cabernet y 30% merlot, con una crianza de 14 meses , un vino con una poderosa nariz, balsámicos, fruta negra madura y amable paso en boca, muy interesante. Entramos después en el mundo Ribera del Duero, con el Valtravieso Crianza 2016 , el vino más clásico de la bodega, coupage de tempranillo con un aporte de cabernet y merlot, 16 meses de barrica, mayoritariamente francesa, que nos deja un vino muy amable, ya muy domado, con un leve ascendente alcohólico y cuerpo medio, con un buen trabajo en la madera.
Subió mucho el nivel el Valtravieso Reserva Especial Colección Privada 2014 , un vino realmente interesante, y con mucho recorrido aún para este vino elaborado con tempranillo, cabernet y merlot, con 18 meses de crianza, y que hace mucha justicia a la gran añada 2014, vino de guarda sin duda. Era difícil superar al último descrito, mas cuando los dos últimos son vinos, a mi modo de ver, que necesitan ser tratados como casi siameses, ya que se entienden mejor el uno junto al otro; uno es el Valtravieso VT Vendimia Seleccionada 2015 , con el coupage clásico de la bodega , una crianza de 15 meses en barrica y un paso final por flextank buscando un redondeo final diferente, vino muy largo y opulento; su alter ego es el Valtravieso VT Tinta Fina 2016 , un tempranillo con 15 meses de crianza en barrica y un paso posterior también por flextank , un ribera que sacó mi lado mas hedonista, y como comentó nuestro enólogo, los VT no dejan indiferentes, o los adoras o te descolocan, y yo claramente caigo al lado del Tinta Fina.
Agradecer a Alvaro Cerrada y al equipo técnico de Valtravieso la invitación, creo que la bodega cuenta con un viñedo muy singular, y sus vinos reflejan ese terroir . Van por el buen camino, pero aún tengo la sensación que están empezando a caminar, y solo tras unas cuantas añadas más podrán leer con sabiduría lo que ese viñedo de altura es capaz de generar, aunque no dudo que lo lograrán. Aquí lo contaremos.