La difusión del conocimiento en redes sociales es algo cada vez más habitual. Sin embargo, teniendo en cuenta este entorno de infoxicación (sí, también científica), el reto ya no es estar en redes, sino sobresalir entre tanto contenido. Y si en twitter se recomienda acompañar el texto o enlace con alguna imagen que capte la atención del lector, ¿por qué no hacerlo con la difusión de la evidencia? Pues ya se hace, y se llama "visual abstract".
Algunas revistas, como Annals of Surgery, ya lo hacen y como se puede ver en el ejemplo que encabeza esta entrada, se trata de resumir las principales conclusiones de un artículo científico con dos o tres imágenes y algunas palabras y datos en una especie de infografía. Incluso en algunos blogs nos enseñan a diseñar nuestro propio "visual abstract" (esta guía aporta más información). Y por cierto, también algunas revistas solicitan a sus autores los "video abstracts" (como el British Medical Journal), pero parece que han calado menos.Seguro que algún lector se pregunta si esto sirve de algo. Las primeras pistas apuntan a un sí rotundo, como este artículo de 2017 sobre el impacto de los "visual abstracts". Los autores eligieron 44 artículos científicos publicados en Annals of Surgery y, utilizando la cuenta de la revista, los tuitearon de dos formas: (A) solo con título y enlace o (B) con título, enlace y "visual abstract". Con 22 artículos el orden fue: fase A, 4 semanas de silencio y posteriormente fase B. Los otros 22 artículos fueron difundidos invirtiendo el orden: fase B, 4 semanas y finalmente fase A. Los resultados fueron muy claros: la media de retweets fue de 11 (sin "visual abstract") frente a 92 (con "visual abstract") y los clicks en el enlace fueron de 65 frente a 175. Es decir, los artículos tuiteados que contaban con apoyo visual fueron difundidos y obtuvieron más visitas que los artículos que fueron tuiteados solo con el título. Como era de esperar, los resultados de este artículo tienen su propio "visual abstract".