Siempre he hablado acerca de la impermanencia de la vida y de nuestro entorno, en cómo alcanzar aquel punto neutral y único que nunca cambia dentro de nosotros, y he recapitulado mi propia experiencia y la de muchos de mis pacientes para encontrar un camino viable que no es más que la devoción hacia Dios. Esa devoción es aquella a través de la cual guiarás tus actos, entregándote con profunda confianza al universo, para que este se haga cargo de darte la claridad necesaria para recordar tu naturaleza genuina. A través de este proceso, muchas personas han enrumbado su camino devocional del corazón, se han abierto a una espiritualidad clara y trascendental, libre de dogmas e intermediarios.
Toda persona que aparece en nuestra vida es parte del escenario que nosotros mismos estamos generando en conjunto con Dios; cocreamos nuestra existencia con Dios, pues es Él quien está sosteniendo esta experiencia para que realmente podamos crecer en la forma en la que necesitamos hacerlo. A medida que te aclaras, atraes a tu vida los escenarios acordes al brillo que generas. Dios es la Consciencia impersonal y se puede manifestar a través de cualquier personalidad, para Él no hay límites, sostiene aquello que no logramos ver o percibir, incluso todos los puntos ciegos y todas las áreas oscuras de nuestra alma.
Comprender que el prójimo eres tú mismo y de que Dios, a través de ellos, está actuando en tu vida, es la meta. Concebir estas ideas y caminar con libre albedrío tomados de la mano del Creador es la real plenitud de la vida.
Te invito a leer mi libro “Devoción” donde comparto esta y otras enseñanzas que pueden mejorar o cambiar definitivamente tu vida.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion