La Semana Santa polaca es una celebración llena de tradiciones y para compartir en familia. Una fecha señalada para disfrutar de los tuyos y visitar las iglesias en continuas celebraciones religiosas. Un tiempo en el que se conjugan la religión, la familia y la gastronomía, ya que existen ciertos platos y postres típicos que se sirven en la mayoría de los hogares.
El primer día señalado, sin pertenecer estrictamente al periodo de Pascua, es el aniversario de la muerte del Papa Juan Pablo II, el día 2 de abril, muy importante para los que fueron sus compatriotas. Además, a lo largo de esos días previos, las tiendas y pastelerías van llenando sus escaparates de conejitos de chocolate, huevos de pascua y otros objetos típicos (de hecho en la plaza Konstytucja, la marca Lindt, aprovechando su logotipo, ha instalado un enorme conejito dorado hinchable). Es decir, la Semana Santa tiene la misma importancia para los polacos que la Navidad.
El comienzo tiene lugar el Domingo de Ramos (“Niedziela Palmowa”), en el que, como en España, la gente acude por la mañana con palmas decoradas con lazos y flores para su bendición. Posteriormente, se conservarán durante el resto del año en casa para disfrutar de su protección.
No obstante, el primer día no es el más multitudinario en las celebraciones, las principales fechas son los días entre el Viernes Santo y el Lunes Santo. Por lo que aquí, la gente trabaja hasta el Jueves Santo (“Wielki Czwartek”) incluido, y en algunos casos hasta la tarde del día siguiente. El jueves tan sólo destacan dos actos religiosos. El primero tiene lugar entorno al mediodía en todas las Catedrales del país. Se llama “Msza Krzyzma” y está dirigida por el Obispo de la zona. En ella se bendice el óleo que servirá para realizar los Sagrados Sacramentos y consagrar las iglesias o los instrumentos litúrgicos. En segundo lugar, en las demás parroquias tiene lugar una misa por la tarde que se dedica a la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles y en la que los capellanes renuevan sus votos.
La jornada siguiente, el Viernes Santo (“Wielki Piatek”), es fundamentalmente de recogimiento familiar y profundo luto. Durante la mañana permanece en casa con los suyos y acuden juntos a la iglesia para confesarse. Se congrega tanta gente que las filas pueden incluso llegar a dar la vuelta al edificio. Por la tarde, en las naves laterales se descubran los sepulcros de Cristo (“Grob Chrystusa”) que cada congregación ha construido con sus manos en su parroquia. Una representación de la cueva en la que fue enterrado Jesús. Estos, son preparados con gran cariño y dedicación para hacerlos lo más bonitos posible, ya que después se recorren las iglesias de la ciudad para elegir el más espectacular (como en España con los belenes en Navidad). Además, existe una especial tradición, y es que desde este momento hasta el Domingo de Resurrección, diferentes miembros del ejército polaco, bomberos… se van turnando voluntariamente para guardar la entrada del sepulcro durante todo momento.
El Sábado Santo (“Wielka Sobota”) es considerado el día del silencio y la adoración. Por la mañana la gente va a la iglesia con una cesta de mimbre decorada con cintas, paños, y figuritas de pollitos y conejos con comida para su bendición. Los alimentos típicos que contiene son huevos duros pintados, bizcocho, salchichas, algo de carne, sal, pimienta y azúcar. De modo que las familias van pasando cada media hora durante todo el día hasta media tarde para recibir la bendición de sus cestos. A continuación se va a casa o a ver más sepulcros a las iglesias. Los huevos son el alimento más importante durante la Semana Santa polaca, y se considera que cuantos más se coman durante estos días mejor suerte se tendrá. Representan el nacimiento de la vida y se pintan de dos maneras: “Pisanki”, cuando reciben un baño de cera, pintura y se delinean conejos o campanas, o “Kraszanki”, cuando se bañan de color pero sin dibujos definidos.
El Domingo de Resurrección (“Wielka Niedziela”) se desayuna fuerte consumiendo, entre otros, los alimentos bendecidos de la cesta del día anterior con toda la familia. Es considerado el día de la alegría y así se vive. Durante este día se come mucho, durante muchas veces al día y no faltan los postres típicos de estas fechas: “Mazurek” y “Babka”.
Por último, el Lunes de Pascua (“Wielki Poniedzialek”) también es llamado “Smingus-Dyngus” o “Lany Poniedzialek”, y no se lo recomiendo a los maniáticos que odian ser mojados. Porque precisamente consiste en eso, en mojar a los demás y ser mojado. Una divertida tradición cuando el tiempo acompaña, como parece ser este año, o una mala jugarreta cuando el invierno se prolonga más de lo deseable. El inicio de esta singular fiesta es pagano, ya que el agua arrojada por los seres queridos representa su deseo de limpiarte de lo malo del año y depurarte de cara al nuevo. Pero esto derivó en algo más pragmático: se dice que las chicas que son mojadas se casarán a lo largo del presente año. Aunque aún se ha transformado más en una simple juego de jugar a calar y se chipiado por los amigos y familiares. En este día también es típico que las madrinas regalen dinero o regalos a sus ahijados (“Wykup”).
NOTA: El viernes y el sábado las tiendas permanecen abiertas, mientras que el domingo y el lunes cierra todo, hasta los 24 horas. Y no sólo ocurre con las tiendas y restaurantes, sino que hasta las calles en general están desiertas.
- Gastronomía de Pascua:
Pasztet: Es una especie de pate casero hecho con muchas carnes distintas, como cerdo, gallina, vaca…
Barszcz: Sopa de remolacha roja.
Jajka Faszerowane: Huevos rellenos con setas, jamón cocido y demás alimentos.
Zurek: Sopa con trozos de huevo cocido y salchicha.
Pieczone miesa: Carne de cualquier tipo al horno.
Cwikla: Ensalada de remolacha roja con rábano picante
Mazurek: Pastel con chocolate y azúcar simulando diferentes decoraciones. Imprescindible durante estas fechas.
Babka: Bizcochos con azúcar por encima. Resultan algo secos.