¿Qué es la plenitud para ti? En cuanto tengas la respuesta a esta pregunta, ya tienes un objetivo por delante. Porque todos deseamos alcanzar la felicidad, todos queremos vivir en plenitud, aunque a veces no nos lo admitamos, ni a nosotros mismos. Preferimos pensar, que vivir con menos es una virtud, deseamos menos, de lo que en realidad nos apetecería tener y nos convencemos, que es mejor conformarnos con lo poco que tenemos, sólo para no llevarnos una decepción; y eso se aplica tanto a la parte material de la vida, como a los sentimientos. Claro, nuestra intuición nos advierte, que desear TODO es arriesgado; primero, porque hay que estar convencido de que se puede obtener TODO, segundo, porque tenemos que permitirnos creer, que realmente merecemos dicho TODO y por último tener fé en nosotros mismos y considerarnos capaces de conseguirlo. Este TODO en cuestión es un conjunto de sentimientos, sensaciones y experiencias, completados con cosas materiales,- que aunque mucha gente cree, que son la fuente de la felicidad-, juegan un papel secundario. Como he dicho, desear TODO es arriesgado, porque para cumplir con las condiciones mencionadas, primero hay que revalorizar nuestra vida, cuestionar nuestras creencias y soltar toda la “carga”, lo que ya no nos sirve, aún aficionándose a personas, sentimientos, valores, creencias y hábitos o bien siendo todavía esclavo de ellos. Tomar consciencia y deshacerse de los miedos, dudas, frenos internos, barreras invisibles, romper acuerdos establecidos con nosotros mismos, despedirnos de los patrones de conducta que no nos favorecen, abrir la puerta, para que la gente que no nos quiera acompañar en nuestro nuevo camino salga y dejarla abierta para dar paso a nuevas personas que están dispuestas a entrar en nuestra vida, asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, actos y palabras, y no rendirse sino comprometerse seriamente con este cambio, con la decisión de transformarnos, significa correr la suerte, pero sólo hasta el día, en el que dejemos de preguntarnos “¿Qué pasa si no puedo cambiar?” hasta que lleguen las primeras señales, hasta recibir feedback positivos y creerlos, dejar convencernos a través de ellos, de que nuestra decisión de reprogramarnos, fue acertada.
Es posible hacer borrón y cuenta nueva solo, pero es mucho más fácil, más rápido y menos arriesgado hacerlo contando con el apoyo adequado. A veces cuesta mucho dar los primeros pasos, porque se requiere demasiado esfuerzo para pensar y actuar de forma distinta y ser consecuente en ello día tras día, porque los malos hábitos aun sabiendo que son malos, tienen poder. Sin embargo este poder se anula totalmente teniendo fé y dando y recibiendo amor. Tener un apoyo experto, que te acompaña en este proceso tan importante y tan difícil de tu vida, transmitiendo amor suficiente, sin juzgarte o limitarte en tus elecciones en el proceso de enfrentarte contigo mismo y conocerte en profundidad, incentivándote a quererte a ti mismo y proyectar tu brillo al mundo, es un privilegio y de ello puede depender el grado de tu éxito. El coaching brinda una oportunidad única para llevar a cabo los cambios necesarios por ti mismo, a tu manera, convirtiéndote en la persona, que tú quieres ser y no de la forma en la que el mundo te quiere ver. Para que esto ocurra lo antes posible, presta atención a las señales y el Universo te ensenará la mejor forma de empezar tu camino hacia el logro de tus metas. Tu primer paso puede ser encontrar un libro impactante, ver una película, que te hace reflexionar sobre tu vida, conocer a una persona que te lleva a nuevos caminos, participar en un seminario (como va a ser el Seminario "Viviendo a plenitud", los 5 y 6 de octubre en Granada, España), empezar a meditar todos los días y convertirlo en un hábito o visitar a un coach, que te recomendó un amigo, las posibilidades son infinitas, pero todas valen por igual, siempre y cuando te dan un empujón para ver el potencial, que hay dentro de ti, listo para explorar. ¿ A qué estás esperando, tu propia plena vida te espera!