Vivir con SHA · Mi Historia · Primer Diagnóstico

Por Gema · Mdtec @gemamdtec
[Continuación del Post: Vivir con SHA · Mi Historia · El Origen]
Los dolores continuaban, así que volví al médico.
Hay un antes y un después desde el momento en que fui a la consulta y encontré a una nueva doctora, ya que mi anterior médico se había jubilado, y después de varias pruebas que "no decían nada", esta doctora llegó a la conclusión de que la respuesta a mis dolores se llamaba Fibromialgia.
¡Qué mal sonaba eso! Yo ya había oído hablar de ella, y no cosas buenas precisamente.
Allí donde la doctora presionaba, allí sentía un dolor insoportable.
Encontrar a la nueva doctora supuso, como ya he dicho, un antes y un después, porque es un alivio cuando un médico "da fe", por decirlo de algún modo, de que algo está ocurriendo, de que existe algo real que hace que se sienta ese dolor.
La doctora me dijo que no me preocupara, que de Fibromialgia no se muere. Mi madre y yo nos quedamos sin habla, cosa bastante difícil.
Gracias a ella tuve un tratamiento para intentar mitigar ese dolor. Me recetó Paracetamol para tomar 3 veces al día y Lorazepam para las noches. (Yo además estaba tomando el tratamiento para la alergia, así que estaba todo el día "empastillada".)
Empecé a tomar el tratamiento, pero aún así había días en que me costaba "arrancar". Además, mi cabeza no paraba de pensar y dar vueltas a todo lo que me estaba pasando, sin encontrar una explicación.
A simple vista, nadie notaba mi malestar. Nadie diría que yo sintiese esos dolores. De hecho al ser una persona alegre, el resto no me lo notaba, a menos que ya no pudiera más, que se me notaba en la cara.
Recuerdo que en esa época algunas personas llegaron a decirme que yo era hipocondríaca. ¡Ojalá fuera eso y no sintiera este dolor! Mi dolor es real y no me lo estoy inventando ni imaginando. Si me quejo es porque ya no puedo más.
Estuve un tiempo visitando a la doctora y un día le comenté que últimamente sentía un malestar en el estómago y que había días en que las comidas me sentaban fatal. La misma comida afectaba a mi estómago de forma distinta dependiendo del día. Era muy incómodo, sobre todo cuando estás fuera de casa y no tienes un baño cerca.
La doctora me explicó que se trataba de uno de los síntomas de la Fibromialgia: el Síndrome de Intestino Irritable o Colon irritable. Me recetó Cenat, para favorecer el movimiento del intestino.
La doctora me dijo que para la Fibromialgia no existía un tratamiento específico, dado que es una enfermedad de la que no se sabía mucho. Me contó que había un médico que tenía una consulta privada, que estaba trabajando con Ozono y que le estaba dando muy buenos resultados en pacientes con Fibromialgia. Investigué un poco en internet sobre ello, pero no fui a esa consulta. Me daba un poco de pereza porque estaba a 200 Km. de mi casa y un poco de miedo ante lo desconocido. Como dice mi chico: "Experimentos, con gaseosa".
Seguí mi tratamiento, y unos días estaba mejor que otros, sin motivo aparente. Se lo comenté a la doctora y me dijo que eso era lo que les pasaba a pacientes como yo.
Ese día la doctora se despidió de mí, ya que le habían concedido la plaza en su ciudad, así que, en un principio, no la volvería a ver en la consulta.
Así me quedé yo, con mi diagnóstico de Fibromialgia, dictaminado por un médico de cabecera, y un tratamiento que a veces funcionaba y a veces no.
Estuve así varios años, resignada con lo que me había tocado, con muchas preguntas y pocas respuestas, pero al menos sabía que existía algo. No estaba loca.
[Continúa en el Post: Vivir con SHA · Mi Historia · Intestino Irritable]
Gracias por leerme.
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