Pasos prácticos para una vida próspera
“Si vas a hacer lo que te corresponde hacer y ser lo que te
toca ser, la vida te proporcionará los medios para hacerlo y
serlo”. —James Dillet Freeman
Aquello en lo que piensas y pones tu atención, crece. El pensar
en escasez es tan poderoso como pensar en abundancia. Tal vez
pasas tiempo preocupándote por cubrir tus gastos y sientes que
un trabajo mejor remunerado se hará cargo de ello.
No gastes la energía de tus pensamientos y emociones, y sobre
todo tus palabras, para crear lo que no deseas en tu vida.
En su lugar, crea un vocabulario de prosperidad. Habla sólo
palabras de prosperidad y abundancia. Expresa sólo palabras de
agradecimiento, alabanza y bendición.
Las palabras ejercen un enorme poder, por lo que desearás
utilizarlas con la intención correcta. Sé consciente de las
palabras que usas, y si ellas no están diciendo lo que quieres en tu
vida, entonces cámbialas de una vez. En otras palabras, si tú no
lo quieres, no lo digas.
Cuando piensas acerca de tu prosperidad, existen ciertos
pensamientos y emociones que automáticamente vienen a tu
mente. Es importante que estos sentimientos sean analizados.
¿Cómo te ves a ti mismo ahora? ¿Te ves como si fueras alguien
creativo y próspero? ¿Te ves como alguien que merece la prosperidad? Dedica unos momentos en silencio para analizar
estas preguntas. ¿Cuáles son los sentimientos que surgen cuando
piensas en ellas? Cuando puedas identificarlos, enumera estos
sentimientos y escribe sobre ellos tanto como te sea posible.
¿Qué pasos específicos puedes tomar para comenzar a cultivar
pensamientos y sentimientos de prosperidad y creatividad?
Una buena técnica para aumentar la prosperidad es visualizar.
Màs en lugar de imaginar abundancia, es infinitamente más
eficaz visualizarte como un canal abierto al fluir abundante de
ideas creativas que te llevarán a satisfacer todas tus necesidades.
¿Estás apoyando activamente la fuente
de tu alimento espiritual?
El componente más importante de la prosperidad es el dar.
El fluir del bien de Dios debe mantenerse en movimiento. Al
hacer más para la obra de Dios, más te será dado. (Sabemos de un hombre de negocios muy conocido que ahora ofrenda alrededor del 50 por ciento de sus ganancias y dice que no puede detener el creciente fluir de prosperidad en su vida).
¿Estás tomando una parte de tus bienes y la estás dando a tu
fuente de inspiración y alimento espiritual?
En la historia bíblica de los hijos de Israel vagando en el desierto
(Éxodo 16 y Números 1), maná caía del cielo cada noche. Este “pan diario” era suficiente, y volvía a aparecer en la misma
cantidad al día siguiente.
Bendice tus cuentas a medida que las recibes, al escribir tus
cheques y al enviarlas. Esas cuentas representan los servicios
prestados, la prosperidad que te es dada. Mediante el pago
de ellos, estás pasando el servicio en forma de dinero a otra
persona. Al igual que el maná de Dios, recibirás más conforme lo
necesites. Al bendecir las cuentas, estás realmente dando gracias
por tu abundancia —la abundancia que tienes actualmente y la
abundancia que tendrás en el futuro.
“En nosotros mora un espíritu creativo con el cual
hacemos contacto de vez en cuando, y como chispas de
un fuego cósmico, nos llegan revelaciones de la verdad,
visiones de belleza, nuevas formas de vida y alegría.
Estas no provienen de una nube ni de un relámpago de la
mano de Zeus, sino de nosotros mismos. En nosotros se
encuentran los manantiales eternos de vida.”
por Richard y Mary-Alice Jafolla, del libro Aventuras en la
Búsqueda
Gracias por leer Vivir Pròsperamente
La entrada Vivir Pròsperamente es un artículo de -