En el cañon del Talampaya, en la provincia de La Rioja, encontramos los llamados petroglifos, según el diccionario la palabra tiene origen en la lengua griega y es el grabado que en la prehistoria, se desarrollaba sobre las piedras. El método consistía en golpear las rocas hasta dejar las marcas deseadas.
Esa es la explicación que encontramos al buscar el significado de la palabra, pero cuando yo vi, en ese lugar mágico, entre increíble y poderosamente imponente, los petroglifos sentí como el viento me traía las voces de lejanos tiempos, de aquellos que me antecedieron en mi paso por la vida, escuche sus dolores, sus tristezas y sus alegrías...pero por sobre todo vi al hombre ejecutando arte...ARTE...aquello que siempre, evidentemente, le ha servido a la humanidad, no solo para dejar sus impresiones de vida, sino para lograr ser feliz creando con sus manos algo que estéticamente lo hace único, irrepetible y humano, enormemente humano; porque vida, espíritu, alma, existencia no podrían existir sin el ARTE.
Es la herencia que nos dejaron quienes por allí pasaron, creo que vale la pena deternos a apreciarlas, como ante el cuadro más famoso, son las obras de quienes tuvieron sensibilidad artística y con ellos fue naciendo el arte...