¿Volverá la tradición de las novias veladas?

Publicado el 17 marzo 2011 por Vintagebyl_l @VintageByL_L

La tradición de la novia entrando a la ceremonia de su boda con el velo cubriendo su cara, tan habitual en la década de los 50s y 60s, se fue perdiendo  poco a poco, siendo ahora extremadamente raro ver una novia velada en estos actos.

Cuando se puso de moda esta tradición, se popularizó ver a las novias en­trando veladas a la iglesia. Recorrían emocionadas el pasillo del  brazo de su padrino, mientras todos los invitados contemplaban admirados su entrada. Esperando en el altar se encontraba un impaciente y nervioso novio. Pero justo antes de  hacer entrega de la novia a su futuro esposo, el padrino descubría su rostro. La novia, ya sin velo, lucía pletórica durante toda la ceremonia, siendo el novio el primero en admirarla en todo su esplendor.

Mi gran amiga Mónica velada el día de su boda

En un principio, las novias mantenían el velo hasta que el sacerdote pronunciaba las tan esperadas palabras dirigidas al novio: “Puede besar a la novia”. En ese momento, el ya marido levantaba el velo de su esposa, lo colocaba cuidadosamente sobre sus hombros y la besaba. ¡Qué momento tan trascendente para toda mujer! ¿Os imagináis la de veces que le habrían explicado al novio cómo tenía que colocar el velo, para que ella quedara favorecida?

Con el paso de los años la tradición cambió ligeramente, ya que resultaba  poco favorecedor que la novia permaneciera velada durante prácticamente toda la ceremonia. Su rostro quedaba muy oculto y no salía demasiado favorecida en las fotografías.

Si hay fotos de boda que me entusiasman, a la vez que me parecen más que favorecedoras para la novia, son aquellas en las que se ve salir a ésta del coche nupcial velada. Ese momento tan estelar en el que la novia pone su pie en el suelo al bajarse del coche nupcial, descubriéndose el secreto mejor guardado de una boda: el traje de la novia. Para toda mujer, el momento en el que muestra públicamente el resultado de tantas ilusiones, esfuerzos y dedicación, está lleno de sensaciones y emoción. Las novias están todas exultantes en ese momento. Las fotografías dejan constancia para la posteridad del resultado de tantos desvelos, para conseguir estar lo más deslumbrante posible en ese día. Por eso me encanta verlas entrar cubriéndose con el velo, para mí añade un alo de misterio y glamour a ese momento.

Novia velada saliendo de su coche en 1946

Me encantaría que se recuperara esta tradición. En algunas ocasiones lo he comentado con algunas de las novias que se acercan por nuestro espacio Vintage, a buscar alguna pieza especial y distinta para tan señalado día. He de deciros, que me he llevado la grata sorpresa de que alguna de ellas convenía conmigo que sería precioso recuperar esta tradición.

Y a ti, ¿te gustaría entrar velada el día de tu boda?