Tantos días apostando por looks para hacer turismo que ya necesitaba subirme a unos tacones y estrenar algo bonito, así que he aprovechado que hemos pasado un fin de semana tranquilo en Leiden, y que la semana pasada llegaron este vestido ligero en color gris de Rosegal y el precioso collar de Happiness Boutique, para darme el gusto.
He de reconocer que cuando llegó el vestido, que yo había escogido, no me convencía... pero después de probármelo empecé a cambiar de idea, es muy cómodo y aunque mi intención era utilizarlo para mis días playeros, queda demostrado que también es perfecto para ir más arreglada el día a día, así que voy a llevarlo mucho, si el clima me deja claro. Podéis encontrarlo en su web a un precio más que razonable ¡Os sorprenderá! Tenéis al link al final del post.
Nuestro plan de este fin de semana se vio reducido por el tiempo. Por lo general en este país tienen un clima de locos, mucho peor que el Gallego (y yo me quejaba...). Es lo más cambiante que he visto en mi vida, en un mismo día pasamos por todas las estaciones y no exagero. Ayer por la mañana parecía un día de pleno verano, sol radiante, cielo despejado y una temperatura estupenda, aprovechamos para salir a hacer unas compras y comer fuera. Repentinamente, por la tarde, llegó el invierno, así sin avisar y sin pedir permiso. No es de extrañar que mi cuerpo empiece a resentirse.
Nuestro lunch fue en Waag, uno de los edificios más emblemáticos de Leiden, fue construido alrededor de 1657, y hace poco fue convertido en una Cafetería-Restaurante que hay que ver y visitar casi obligatoriamente porque es increíble. Este edificio está en una zona estratégica de esta cuidad, donde se unen tres cursos de agua importantes, Nuevo Rin, Viejo Rin y Mare, justo el lugar donde se situaba el mercado del pesacado. Como no, otra zona que me tiene eclipsada.
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¡Espero que os haya gustado el post! ¡Besitos!