La primera vez que fui a la National Portrait Gallery me quedé un buen rato mirando este retrato, Wallis, Duquesa de Windsor. Me caló el color, la calma y la belleza de la mujer. Al cabo de un par de meses volví para mostrárselo a dos personas, pero ya no estaba. Di varias vueltas a la sala del siglo XX, en la planta baja, pero nada. Una de las comisarias del museo me explicó que habían tenido que retirarlo por problemas de derechos de autor. El autor, Gerlard Brockhurst, murió en 1978, hace tiempo que dejó de tener problemas. Por lo que he podido saber es propiedad de Mohamed Al Fayed, que lo compró al adquirir la casona en la que vivían los duques en París, así se veía el cuadro en uno de los salones. No es sencillo encontrar más imágenes. Éstas las hice con un móvil a una imagen en alta resolución en la pantalla de un ordenador gracias a la comisaria, que fue muy amable. No es igual, claro. Lo siento si incumplo algo. Bueno no, va por ti, guapa.
La primera vez que fui a la National Portrait Gallery me quedé un buen rato mirando este retrato, Wallis, Duquesa de Windsor. Me caló el color, la calma y la belleza de la mujer. Al cabo de un par de meses volví para mostrárselo a dos personas, pero ya no estaba. Di varias vueltas a la sala del siglo XX, en la planta baja, pero nada. Una de las comisarias del museo me explicó que habían tenido que retirarlo por problemas de derechos de autor. El autor, Gerlard Brockhurst, murió en 1978, hace tiempo que dejó de tener problemas. Por lo que he podido saber es propiedad de Mohamed Al Fayed, que lo compró al adquirir la casona en la que vivían los duques en París, así se veía el cuadro en uno de los salones. No es sencillo encontrar más imágenes. Éstas las hice con un móvil a una imagen en alta resolución en la pantalla de un ordenador gracias a la comisaria, que fue muy amable. No es igual, claro. Lo siento si incumplo algo. Bueno no, va por ti, guapa.