Para despedir el año reaprovecho esta pequeña ilustración que fue descartada y desterrada al cajón de las ilustraciones olvidadas. Hoy es su día de gloria, porque con ella le doy la bienvenida al nuevo año.
Esta vez no vengo con lista de deseos ni nada parecido.
Hace exactamente un año deseé con fuerza una cosa, un deseo egoísta y para nada pequeño, que se empezó a cumplir hace unos meses: trabajar en lo que me gusta, todo un privilegio.
Así que termino el año feliz, ha sido un año pleno en todos los sentidos (no sólo* a nivel profesional), tanto que a veces me agazapo esperando que la vida me de un zarpazo para que no me lo crea tanto.
Por eso, para el próximo año sólo puedo pedir lo mejor para los que me rodean, los que me rodeáis, para la gente que quiero. Que todo siga igual de bien y si tiene que ser mejor que lo sea para el resto, yo hoy por hoy me conformo con lo que tengo.
Os deseo todo lo bueno para el este 2011, que se cumplan todos vuestros sueños, que los que os rodean habitualmente os den calorcito en malos momentos (y en los buenos más), que seáis felices y que el balance que hagáis de aquí en 365 días sea más que positivo.
Bueno, y si se me permite un deseo pequeño… Allá voy: Que Pitingo deje de cantar/destrozar las canciones de otros. Y que alguien le explique que “Solulería” o “Amén y olé” no son títulos que puedan tomarse en serio.
¡Feliz Año Nuevo para todo el mundo! ¡Que la fiesta sea memorable!