XX Congreso Español de Pediatría Social Granada 6-8 octubre 2011 Problemas emergentes en Pediatría social

Por Pedsocial @Pedsocial

Cúmplenos presentar los temas que por su propia naturaleza, están ocupando la actualidad. Cada uno de ellos ha tenido algún tratamiento en el blog que venimos editando desde haca ya dos años y medio y cada uno representa materias de trascendencia en la realidad de nuestra infancia.

El carácter de problemas emergentes lo poseen más por la importancia de ellos mismo que por el hecho de que se hayan hecho más evidentes en estos tiempos. Muchos de ellos y lamentablemente, existen desde siempre aunque sus manifestaciones no hayan revestido la misma gravedad o, peor, que nuestra atención y la de la sociedad, no ha estado pendiente de su existencia ni haya intentado ponerles algún remedio.

Por ejemplo, las infecciones emergentes se suelen acompañar de las llamadas reemergentes, conocidas y padecidas de antiguo pero que ahora cobran un nuevo protagonismo al asociarse a los cambios sociales que de, una u otra forma, las favorecen. Algunos de esos cambios pueden acogerse al concepto de la globalización como fenómeno social, a la que contribuyen los viajes, los movimientos migratorios y las diferentes inmunidades de horda o grupo que las propician.

Las enfermedades raras, lo son por su infrecuencia, a la vez que por sus peculiaridades. Dejaron de llamarse enfermedades huérfanas al adscribirse gradualmente a diferentes disciplinas y equipos terapéuticos, aunque su amplísimo número—más de 30.000 según se cuenta—dificulta su clasificación. Pero son precisamente las cargas sociales que comportan sobre los pacientes, sus familias y el propio sistema sanitario obligado a dar alguna respuesta lo que les confiere ese carácter social.

Las conductas delincuentes de los menores se encajan en el proceso de desarrollo de la personalidad de los adolescentes, cuya percepción de los que es bueno o malo, lícito o ilícito, legal o ilegal, se difumina a menudo por falta de referentes en su medio. Todo el peso de la enseñanza obligatoria, establecida constitucionalmente en nuestro país desde haca tres décadas, no es suficiente para encauzar adecuadamente conductas y comportamientos dentro de los límites de la legalidad, mientras que la figura del pillo, ladronzuelo o rufián ha ocupado muchas páginas de nuestra literatura en el pasado.

La utilización de la vacunas, profilaxis activa de múltiples enfermedades infecciosas tiene más de 200 años y, aún desde su inicio, se ha visto envuelta en polémicas y desacuerdos. La liberalización de las voluntades y el empoderamiento de las familias para la toma de decisiones han generado posturas discrepantes con el uso generalizado de las vacunas. Un desgraciado histórico de algunos fracasos ha contribuido a crear desconfianzas, pero han sido algunos fraudes concretos y patrañas los que han llevado a familias a percibir más los riesgos que los beneficios de las vacunas.

En todas estas materias los pediatras sociales que, a muchos efectos, los somos todos los pediatras debemos mantener actualizados los conocimientos para desarrollar criterios de aplicación que sean útiles para la población infantil y, también, para las autoridades sanitarias que tengan que tomar decisiones que afecten a los niños.

X. Allué (Editor)