No soy yo de gastarme los cuartos mucho en loterías o juegos de azar. Puestos a gastarse los euros mejor en una tarde de cañas con amigos que también es un premio.
Al cabo del año suelo echar una o dos primitivas, alguna que otra quiniela en la que no rasco nada porque marco los resutados con el corazón y no con la cabeza y algún que otro cupón cuando vamos a algún sitio y me lo ofrecen pero lo cierto es que llega Diciembre y una empieza a comprar papeletas por compromiso y cuando trabajas en un lugar con muchos compromisos ni te cuento… Que si les va a tocar a todas y a ti no, que si tú verás pero mira el año pasado como nos tocaron 100 euros por cabeza, de verdad te vas a arriesgar? y así es como una acaba comprando papeletas del partido político que más odias mientras sus amigas se escojonan al descubrirlo vía FB porque esa es otra manía muy mía, si hago el ridículo (o me siento ridícula) al menos que sirva para echarnos unas risas.
A las papeletas por compromiso les añades esos décimos que siempre compras en LLanes por aquello de que es ya una tradición (y que cualquier excusa es buena para ir a Llanes) y llegas a mediados de mes pensando…. por favor, que me toque algo aunque sea para amortizar todo lo gastado. Si yo no pido grandes premios, os prometo que con 100 euros descorcho las mismas botellas de champán que si me hubiera tocado el gordo porque al final, me ilusiono con poca cosa… aunque luego me cabree porque me habré gastado más en champán que el importe del premio, pero eso vendrá luego.
¿Y esto a qué viene en un blog de bodas? No, no es otro post desahogo de esos que os suelto de vez en cuando (y que tan buena aceptación tienen, por cierto). Jugar a la lotería es dejarse llevar por los números, elegir las combinaciones más bonitas, ese número favorito, esa fecha especial. Desde el 2012 he intentado conseguir el décimo con la fecha de mi boda cada Navidad pero todos los años se me olvida, lo dejo pasar y cuando voy a por él está agotadísimo. Es un número bonito me dicen en las administraciones. ¡Vaya! Yo, que siempre elijo décimos con números feos y raros y para uno bonito que quiero nunca llego a tiempo… Desde aquí me prometo a mi misma que el año que viene en cuanto vea el primer cartel de ¡ya hay lotería de Navidad! salgo corriendo a buscar el número por tierra, mar y aire.
A lo que venía. ¿Quieres jugar el próximo día 22 a la lotería con números especiales de verdad? La fecha de tu boda, el día que os conocisteis, el que os prometisteis, el día que nació vuestro pequeño tesoro o la fecha del primer beso. ¿Quieres?
Fácil. Pincha aquí y busca tu número. Cruza los dedos para que este disponible en una administración cercana a tu lugar de residencia, alguna en esas ciudades a las que se han ido a vivir los amigos o en una de esas administraciones modernas que venden por Internet (ya era hora!!). Y si está agotado (bienvenida al club!) no desesperes (a no ser que el día 22 ese número sea el número del Gordo) y otro año será… Mientras tanto, elige otro número raro y simpático y vuelve a cruzar los dedos. Y sobre todo, sobre todo, el día 22 no mires si ese número que se agotó antes de que pudieras comprarlo ha resultado premiado. Te aseguro que ver ese número acompañado de “1000 euros” no te sacará una sonrisa. Por experiencia. ¡¡Suerte!!