¿Y si de mayor fuera otorrinolaringólogo? Guía para preMIRes

Por Emilienko

Acabas de examinarte del MIR y de recibir tu número y te das cuenta de que con la puntuación que has obtenido no puedes ser cirujano plástico del Vall d'Hebron ni cardiólogo de La Paz. Bien, no pasa nada, no te preocupes: la mayoría de los residentes que conozco a los que no les llegó la nota para elegir lo que querían son ahora muy felices con una especialidad que no se habían planteado en un primer momento. Llega la hora de plantearse algunas especialidades que los opositores escogen en segunda línea y entre ellas está la mía, la Otorrinolaringología.
La ORL es una especialidad preciosa (que otra cosa podría decir yo), pero no encaja con la personalidad de todos los médicos. Por ejemplo, si eres una persona escrupulosa y obsesionada por la limpieza, ésta no es para nada tu especialidad. Si aguantas mal la sangre a partir de cierta hora de la madrugada quizás debas plantearte también otra opción. Si crees que los grandes acúmulos de cerumen, moco y pus dentro de la cabeza son cosa del siglo XIX, te recomiendo que te elijas algo diferente. Si crees que los acúfenos y la faringitis crónica son manifestaciones de la distimia, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, tal vez te falte un poco de sensibilidad. Si no puedes aguantar el estrés de ver a ese tranquilo adjunto de Urgencias gritándote "!Ábrele el cuello al paciente ya! ¡Ábrele el cuello al paciente que se te asfixia!" mientras tu sostienes un bisturí afilado en tu temblorosa mano, mejor hazte anatomopatólogo.
Sin embargo, mi especialidad está llena de cosas buenas. Por ejemplo, es muy resolutiva; se curan muchas de las cosas que se consultan. Incluso se puede considerar una ventaja que muy pocos de nuestros pacientes se mueren de algo nuestro. Es una especialidad bastante quirúrgica y la cirugía abarca desde la simplicidad de quitar unas vegetaciones hasta las complejas laringuectomías, pasando por el infierno tridimensional del peñasco del temporal. Si no te gusta la cirugía, el mundo de los vértigos es lo suficientemente amplio como para que (paradójicamente) produzca cierto vértigo. Y para acabar, recuerda que es una especialidad muy variada: puedes tener en tu consulta desde un bebé de meses hasta un abuelito en silla de ruedas.
Mi más calurosa bienvenida a los que este año al final decidáis meteros en este mundo.
Foto: Espejo frontal, instrumento que se ajusta en la frente para alumbrar la región del paciente que se está explorando y que le da a la especialidad cierto toque añejo.