Y tú, ¿cómo te enfrentas a un museo?

Por Composicionn1


Últimamente me vengo dando cuenta de una cosa: He aprendido (o desaprendido) a ver los museos de una forma diferente. Y con esto no me refiero a una forma intelectual y conceptos rimbombantes. Me he dado cuenta que tras ver tantos museos y tantas exposiciones (y lo que gracias a Dios aún me queda por ver) hago un recorrido diferente.
Entras al museo y te paras una por una en todas las obras, miras la cartela, examinas, sigues a la siguiente, y a la siguiente, y a la siguiente,... y cuando llevas 3 salas estás harto del museo, estás agotado, y sí, no te vas del Museo a la 4º sala, sabes que hay mucho por ver, y más aún cuando has pagado entrada. Pero desde hace algún tiempo veo los museos con el mismo planteamiento con el que la mayoría va únicamente al Louvre o al British. Sabes que no puede acapararlo todo y seleccionas.
Ayer por ejemplo, en el SMAK (Museo de Arte Contemporáneo de Gante) fui consciente de ver las salas en menos tiempo que los demás, y no porque no me interesen precisamente. Ahora entro en la sala y hay cosas que llaman mi atención, cosas que siento la necesidad de ver, que me transmiten, ya sean por bien o por mal, acaparan mi vista. A esas obras sí, a esas que siento que merece la pena, me acerco, las miro, más o menos tiempo, lo que necesite. Quizás llamó mi atención y una vez que la miro, no me dice nada, pues me marcho y si es necesario cambio de sala. Otras me acerco y me hechizan, con esas sí, con esas pierdo el tiempo. Y lo que vi, vi y lo que no, será que para mi no merecía la pena.
Puede que eso es lo que hace a una pieza, una buena obra de arte.