Copio
No he podido -ni querido- resistirme a compartir con vosotros esta hermosísima carta que Mary Gil, voluntaria de Galgos en Familia (entre nosotros y para entendernos: los galgos de Vera) dedica a India, la belleza hecha criatura, de la foto."Mi querida India, dormida en un rincón sintiendo el calor del sol golpeando tu cuerpo, silenciado el aullido de tu memoria que comienza a olvidar un pasado, que afortunadamente, ya nunca volverá.
Te observo mientras tu lomo suave reposa sobre la cálida manta que hace todo lo posible por seguir rozando tu piel y embriagarse tu dulzura, mientras los rayos de sol siguen buscándote para dorar tu hermoso pelaje.
Mi querida India, con profunda mirada, que si me atreviera a mirar a través de tus ojos, quedaría extasiada y sin querer despertar, atrapada en tu mirada.
Se acabó para ti la soledad. Se acabó en el mismo instante en que Susana te vió. Y tú, sobreviviste tan solo para que pudiéramos encontrarte.
Muchas noches te acompañaron en la calle hasta que encontrarte, muchos soles se escondieron mientras intentábamos contarte, como podíamos, que no te haríamos daño, que queríamos colmarte de un amor que has anhelado durante demasiado tiempo.
Te tuvimos entre nuestros brazos, satisfechas por que tendrías una oportunidad, un futuro. Y tú, consciente de que parte de tu pasado se quedaba en la calle, te echaste sobre nuestro regazo y dejaste que las caricias abrazasen tu bello rostro.
Mi querida India, silenciosa y dulce. Cae la noche de nuevo sobre nosotras y en tus ojos, en tus eternos ojos de mirada penetrante, puedo ver que lo sabes. Sabes que empieza una nueva carrera. Nos costará tanto despedirnos de ti...
Pero el sol saldrá de nuevo para iluminar tu camino y el nuestro. Volarás mañana, entre las nubes y las estrellas hasta tu nuevo hogar.
Es hora de seguir caminos distintos, con la mirada puesta en el rumbo que no se ha de perder. Tu pasado ya se borró, el de otros acaba de empezar, y también nosotros tendremos que seguir nuestro sendero para poderlos ayudar.
Pero siempre, siempre tendremos tu mirada grabada en la memoria tus ojos, tu mirada penetrante y los rayos de sol regocijados en tu esbelto cuerpo.
Mi querida India, somos muchos los que hemos querido ser arropados entre tus brazos, perdernos en tu mirada, lamer tus heridas.
Deseo, con toda la fuerza de la que soy capaz, que el sol siga arropando tu piel cada uno de los días de tu vida, que jamás se oiga un lamento tuyo, que no se escuche a tu alma penar, que otra persona más se pierda en tus ojos para siempre y comparta contigo un hogar, ese que tanto mereces.
Una carrera, una sola hasta llegar a Holanda. Un salto veloz que borre el pasado de lleno.
Mi querida India, que las estrellas te acompañen ésta última noche en el refugio y que el sol te arrope mañana durante ésta carrera.
Despega India, hacia la felicidad, mientras las nubes guían tu camino."